Samuel García Arroyo (@SamuelGarAr)
“La cultura es de todos, no tiene color político”, aclaraba Lorenzo Silva como Comisario de Getafe Negro antes de comenzar su encuentro como autor con Ramón Pernas. Y lo ha demostrado con este festival que ha pasado por dos gobiernos opuestos en sus siete años de existencia, un evento que consigue que a Getafe se le conozca por “algo más que un equipo de fútbol”.
Tras estas declaraciones, cambia su papel y juega el de autor para hablar de ‘Los cuerpos extraños’. Un libro “escrito con intención” que cambia su mensaje al de hace siete años cuando “el discurso de este país era de triunfalismo”. La novela trata la corrupción y sus relaciones con el crimen organizado, una realidad “poco conocida, pero presente”.
Sus personajes son reales, “esa gente que se levanta cada mañana y con su trabajo intenta reconstruir el desastre de otros”. “No son superdotados y han sacado la pistola dos veces”, asegura al hablar de la figura del antihéroe. Concluye su primera intervención alegando que “aunque en la Biblia se ve que el trabajo es un castigo impuesto a Adán, yo creo que no hay nada que dignifique más a una persona que su trabajo bien hecho”.
Los aplausos retumban en la capilla del Hospitalillo de San José y Ramón Pernas comienza recordando que “Lorenzo es Getafe, su trilogía lo demuestra”. Tampoco duda en comparar la obra del getafense con los Episodios Nacionales de Galdós: “cuenta la España como la ve”.
Y ahora habla de su obra, “de Hotel Paradiso se sale con los pies por delante”. “Nadie quiere leer sobre su futuro, sobre cómo viven sus padres. Están mejor en otros sitios”, afirma con rotundidad. Pero no todo es tan agorero en su escrito, también hay hueco para el circo. “Los hombres de mi edad tenemos a una trapecista que vimos colgada en una carpa grabada en nuestras retinas”.
Ramón Pernas reconoce que “cuento muy mal mis libros, no me pertenecen cuando los edito” y se sorprende con “las críticas elogiosas”. No se avergüenza al decir que “siempre entra por la puerta de atrás”, aunque esta novela le ha concedido el Premio Azorín. Para saber si una novela es buena, le basta “con leer dos páginas, al igual que con una chuleta sabes si una vaca es buena”.
El gallego termina pidiendo perdón por ser “mejor conversador que conferenciante” y recomienda leer este libro ahora en otoño porque “lleva el otoño dentro”. Lorenzo Silva lo confirma y completa diciendo que “está lleno de circo y poesía”.
Segunda ronda de aplausos y comienza la de preguntas. “¿Cómo se puede acercar la pasión por la lectura a los jóvenes?”, preguntan para abrir el debate. Silva asegura que no se puede imponer nada a nadie y reconoce que “la televisión en abierto educa y deseduca más”, “cada brizna del césped del Bernabéu recibe más atención que los niños de África”. “No hay inteligencia trabajando a favor de los libros”, concluye.
Ya que Lorenzo Silva ha potenciado la imagen de Getafe en sus novelas, ¿por qué no ha hecho lo mismo Pernas con su pueblo? Su respuesta es clara: “un pueblo imaginario me da más libertad para colocar todo donde quiera”. Pero esa no es la única preocupación de los asistentes, el futuro de Bevilacqua y Chamorro también está en el aire. “Según la normativa actual, quedan 10 años para que se jubile. A lo mejor dentro de 10 años le quedan otros 10”. Por si eso fuera poco, “también me gustaría escribir desde la visión de Chamorro y siempre quedan las socorridas secuelas”. Parece que Silva tendrá pareja para rato.