Crónicas, Debate, La Ruta Negra 33

Tribunas: Julián Ibáñez – Rosa Ribas. Debate post Hammett


Leer en libertadYa hemos tenido dosis de Hammett (cojonuda, por cierto): Premios y premiados y los mejores sonidos de la Semana Negra en el playlist de Fiat Lux
, pero tenemos que volver al premio gordo gijonés.

Hay un asunto colateral que creó algo de debate. El asunto es el siguiente:

Rosa Ribas, miembro del jurado del Hammett y portavoz del mismo, aludió en la lectura del fallo a la polémica por la ausencia de escritoras en la final a cinco, y a la baja calidad de algunas de las cinco novelas. Bien, no se originó un incendio ni un chauchau nutrido, pero sí hubo ardorosos comentarios del tipo: no se puede hablar mal de los compañeros; o, los escritores se la van a comer; o (este lo recogemos con pasmo), no la van a llamar a ferias diciendo esas cosas.

Eso pasó. Y la opinión de Fiat Lux se resume muy gráficamente diciendo que va del asombro al pasmo pasando por el estupor y rozando el espanto. Y no deja de sorprendernos en tanto que uno de los lemas de esta Semana Negra era «Para leer en libertad».

Pero la cosa no termina ahí.

Uno de los finalistas, Julián Ibáñez, nos pide la palabra, y tribuna, para dar su opinión. En ella, como ahora leerás, alude a Rosa Ribas como portavoz y miembro del jurado. Y Fiat Lux, como es obvio (y lo tenemos muy claro), ofrece a Rosa Ribas darle voz y tribuna a su vez. 

Dicho de otro modo: finalista y jurado debaten sobre el fallo del premio Hammett. Pero no sobre el resultado, no sobre el premiado, sino sobre el texto que el jurado redactó en el fallo.

Leámoslo todo. Y como, tanto Julián Ibáñez como Rosa Ribas son habitantes de esta Casa del Género Negro y colaboradores de Fiat Lux, saben (exactamente igual que tú) que aquí se escribe, se lee y se debate en libertad máxima. Y para eso, hacen falta los datos.

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Vamos, para empezar, con el texto literal del acta sobre el que versa la polémica:

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EXTRACTO DEL ACTA DE LOS PREMIOS LITERARIOS DE LA XXIX SEMANA NEGRA DE GIJÓN
PREMIO DASHIEL HAMMETT

Reunido el 14 de julio de 2016 en la Semana Negra el jurado del Premio Dashiel Hammett, compuesto por Rosa Ribas, Cathy Fourez, Ignacio del Valle y Miguel Barrero, decidió conceder por unanimidad el mencionado galardón a la novela ‘SUBSUELO’, de Marcelo Luján, publicada por Salto de Página.

El jurado quiere señalar que la selección de finalistas era muy desigual. Del mismo modo, opina que la baja calidad de algunas de las obras seleccionadas pone aún más en evidencia la falta de novelas escritas por mujeres entre los títulos finalistas.

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TRIBUNA para Julián Ibáñez:
Chicas y chicos, “enigma” y “hard boiled”

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El otro día, en Gijón, estuve en la presentación a cuatro manos de Empar Fernández y Rosa Ribas. De forma contumaz, las dos, se dedicaron a meter de nuevo el crimen en el jarrón veneciano. Y yo me decía, ¿me habré equivocado de festival?, ¿qué coño tienen que ver lo que escriben estas mujeres con lo que hacemos Escribano, Cerdán, tres o cuatro más y yo? “Hard boiled” y “enigma”, Chandler y Agatha Christie, Marlowe y Marple, Serrano y Canillejas. ¿Por qué nos emparejáis? Nos gustan las chicas, pero cuando se muestran como lo que son: femmes fatales, no cuando se disfrazan de amas de casa.

De cada diez novelas policiacas nueve son “enigma” y una “hard boiled”. Por cada novela “hard boiled”, se venden un millón de “enigma”. Las cosas como son, ya está bien de engañar a los editores.

Y hay más. Rosa Ribas, por la mañana de ese mismo día, durante la presentación del Hammett, me dio en los morros con mi misma moneda. Dijo algo así: “las novelas finalistas al premio Hammett son de baja calidad porque en el jurado seleccionador no había mujeres”.

Escuchen, podría haber dicho “¡vaya mierda de novelas!”, que es lo que decía yo cuando, tres veces como jurado del Hammett, tenía que valorar una novela “enigma”, que solo me limitaba a hojear antes de tirarla al cesto de la leña. Y tampoco me cortaba y lo soltaba en público, no se crean.

Siempre he tenido en mente sugerir desdoblar el premio. Nunca lo he hecho por pereza y porque nos favorecía a los “hard boiled”. Vean por qué.

En la colección Etiqueta Negra dirigida por Taibo, ¿por qué entre 130 títulos solo uno es de una mujer? Naturalmente porque Taibo es un misógino, machista y cabroncete. Y eso que buscó en todas partes (lo hizo hasta en todos los fondos de la Biblioteca Nacional), pero no encontró una sola choni que le pegara al “hard boiled”. (Siempre he mantenido la boca cerrada porque Taibo es mi más correoso adalid).

El caso es que las Chonis, con la navaja entre los dientes, nos están quitando uno de los pocos reductos que nos quedaban. Si queremos seguir con nuestras cervezas y nuestra picadura tendremos que quitar el protagonismo a nuestros protagonistas, subir al desván, sacar la cacharra del baúl y correr parkinsonianos al banco de la esquina antes de que cierren.

Por cierto, esto nada tiene que ver con Subsuelo (que no es ni lo uno ni lo otro, sino otra cosa), merecedora de todos los premios que se está llevando y de los que se llevará.

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TRIBUNA para Rosa Ribas:

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La verdad es que hubiese preferido no tener que interrumpir mis labores de alfarería veneciana, pero como el señor Ibáñez me cita, y me cita mal, abandono las tareas propias de mi sexo y condición y redacto estas líneas antes de salir al contenedor de papel. Porque sí, yo también me deshago de los libros que no me gustan, si bien, será cuestión generacional, no los quemo, sino que los deposito en los contenedores para darle una segunda oportunidad a la celulosa.

No los tiro porque sean de un género u otro. No descalifico ningún género a priori, sin leerlo. Y, aunque reconozco que el hard-boiled patrio muchas veces me da bastante risa, lo leo y lo sigo leyendo, cuando me gusta.

Lo que nunca haría es no leer una obra que tengo que valorar para un premio. Y la leería hasta el final, me guste o no. Por lo que me choca que alguien que ha sido varias veces miembro del jurado del Premio Hammett reconozca públicamente haberse “limitado a hojear[la] antes de tirarla al cesto de la leña.”

Pero bueno, no he venido aquí a hablar de mis hábitos de reciclaje o lectura, sino a corregir una afirmación errónea que se me atribuye durante la lectura del acta del jurado del Premio Hammet, del que fui portavoz.

En ningún momento se dijo que “las novelas finalistas al Hammett son de baja calidad porque en el jurado seleccionador no había mujeres”, por la simple razón de que no podemos saber si había mujeres o no ya que este comité seleccionador es secreto.  

Los cuatro miembros del jurado concedimos el premio por unanimidad (quizás deberíamos haber añadido por aclamación) y consideramos también oportuno y necesario plasmar en el acta nuestro asombro porque “la baja calidad de ALGUNAS de las obras finalistas hacía aún más incomprensible la ausencia de novelas firmadas por mujeres entre los finalistas”. Creo que es otra cosa, ¿no?

Como miembro del jurado, he considerado que nuestra tarea era premiar, sin distinguir entre géneros, la calidad literaria de las obras. Pensaba que ese era el criterio. No sabía que la Semana Negra de Gijón era un territorio exclusivo del hard-boiled. Ahora mi conciencia ecológica se ve profundamente trastornada al observar que hemos perjudicado un biotopo tal vez único, la última reserva de la “auténtica” novela negra. Menos mal que el señor Ibáñez parece que se lo ha tomado con humor.

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Así fue, así se opina.

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¿Tú quieres opinar?

Déjanos tu comentario justo aquí debajo.

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33 Comentarios

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    Ernesto Mallo dice: 20 julio, 2016 a 10:52

    La aseveración de Rosa Ribas respecto de la baja calidad de algunas de las novelas finalistas del Hammet, al no especificar a cuáles se refiere produce dos efectos indeseables:
    Uno: pone en cuestión la calidad de todos los finalistas.
    Dos: le resta importancia al ganador ya que se puede inferir que le han dado el premio no por ser bueno, sino porque los demás eran malos.
    Es igualmente desafortunado vincular esa afirmación con el hecho de que no hubiera mujeres entre los finalistas. El género no garantiza calidad, seas hombre, mujer, LGTB o lo que fuera.

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    Empar Fernández dice: 20 julio, 2016 a 11:31

    Es la primera vez que alguien etiqueta mis novelas como novelas «enigma». Me sorprende, y me gustaría saber si Julián Ibáñez ha leído alguna de ellas o emite su juicio sin más fundamento que lo que creyó entender. Quizás algunos de los lectores que sí lo han hecho puedan aclararme las posibles coincidencias. Sinceramente, no las encuentro. Tampoco en la novela de Rosa que nos ocupa Si no, lo matamos, un procedimental bastante duro.

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    Anna Maria V. dice: 20 julio, 2016 a 12:47

    Las novelas de Rosa y de Empar son lo mejor que he leído, lo más negro, en los últimos años. Claro, no lo he leído todo. Pero he leído mucho. Y espero que se me otorgue credibilidad, no como mujer, por supuesto, sino como profesora universitaria de literatura con dos licenciaturas en Filología a mis espaldas. Que las mujeres, aparte de reciclar, también estudiamos y escribimos. Y leemos, leemos más que los hombres. Mucho más.
    Y como leemos más, sabemos que tanto el enigma (que hace años que nadie escribe, décadas) ni el hard-boiled (que algunos se empeñan en mantener con una fijación anacrónica) ya no funcionan. Han caducado, señores. Ningún género literario, ninguna corriente literaria tolera casi cien años sin cambiar.
    Por eso pienso que lo que hacen autores excelentes como Cerdán no es hard-boiled, es simplemente buena narrativa.
    Pero bueno, estamos en lo de siempre. El terror masculino a ver pisoteadas unas prebendas que, les guste o no, ya no tienen. Que nos llamen chonis, que prefieran femmes fatales (caducado el estereotipo literariamente es poco, por favor), que digan lo que quieran.
    La realidad es que la evolución del género está en manos de las mujeres ahora mismo. Son las que innovan, las más arriesgadas, las que no tienen miedo de elevar su voz. Tengo muy claro que de aquí a unos años los nombres femeninos serán los adalides del negro, aunque esta palabra no me guste, que es militaroide y muy de hombres, por los clavos de Cristo.
    A ver, caballeros, estamos en el siglo XXI. Ah, y las cervezas y los puros también gustan a muchas chonis, también.

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    Jar Jar Boiled dice: 20 julio, 2016 a 13:11

    Si algún día me invitan a la Semana Negra JAAAJAJAAAA iré con una vieja petaca con licor café, fumando Celtas y escupiendo tabaco de lado. Soy la reina del jarboile muñecos. Comedme el rabo.
    Ups, si no tengo!!!
    Los cinco tienen que resolver UN ENIGMA será el próximo Hammett, que nos estamos amariconando, cojones ya. Golpe en la mesa. UN SOL Y SOMBRA, MOZO!!! Eructo.

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    Imabelle dice: 20 julio, 2016 a 13:54

    Buenas tardes:
    Sigo perpleja con la capacidad de manipulación de la realidad de alguno. A las palabras de la Sra. Ribas no le encuentro ni un «pero». Por cierto, a los maromos del hardboilled aquí un aviso: hay mujeres que nos disfrazamos no solo de ama de casa, también de policías, médicos… y hasta de buenas escritoras. Ahora, no sé para que TRABAJO de los mencionados hace falta más huevos…

    Digo yo que entre las muchas escritoras (véase el PROYECTO MUNCE, http://www.ub.edu/munce/autoras) alguna estará a la altura de sus Majestades.

    Hacerse mayor es una lata.

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    Elena Losada Soler dice: 20 julio, 2016 a 14:05

    Me parece que hay expresiones en el texto de Julián Ibáñez que hacen innecesario cualquier comentario. Referirse a sus colegas como «chonis» es suficientemente explícito. Quédese en su reducto con sus cervezas y su picadura, nosotras frecuentaremos otros espacios más aireados e interesantes.

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    Julián Ibáñez dice: 20 julio, 2016 a 18:03

    Me dirijo a las «chonis» que han respondido hasta ahora.
    Creo que esto ha derivado en una especie de arrebato machista-feminista cuando el asunto es otra cosa. El distanciamiento, me parece, es cultural, y sería abusivo decir que es de clases. Pero algo tiene que ver. Por vuestro comentarios, y novelas, deduzco que pertenecéis a la clase media acomodada. Y habláis y escribís de lo que conocéis. Pertenecéis a la cultura «calle Serrano» (o cualquier otra Calle Mayor) y yo pertenezco a la cultura Lavapiés. ¿Cómo es posible que ninguna mujer se moleste porque la llame choni? Tú «choni» yo «andoba».
    Escribís sobre lo que conocéis, y yo lo mismo.
    ¿Ya no se escriban libros de caballería? Se lo diré a mi amigo Cervantes, hace cuatrocientos años le dijeron lo mismo.
    Adiós, chonis.

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      Cristina dice: 20 julio, 2016 a 19:15

      Buenas tardes.
      Aquí una mujer que siempre ha intentado mejorar y conocer más cosas que las cuatro calles de su barrio. Quizás por eso leo mucho. Y por eso mismo me temo que ésto, se les ha ido de las manos.
      Sr. Ibáñez— y me dirijo también a los escritores, hombres, que nombra ya que entiendo que tienen su beneplácito—, con todo mi respeto a usted y que es mucho, permítame decirle que ha nombrado a las dos escritoras, Rosa Ribas y Empar Fernández, que cuentan con mayor proyección literaria —que no económica—, de este país. Y se merecen una consideración y no tratarlas de “ jarrón veneciano”. Y el respeto pasa por leerlas cosa que no ha hecho cuando dice que escriben “enigma”.
      Saludos cordiales.

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    Empar Fernández dice: 20 julio, 2016 a 18:49

    Julián, nací en Nou Barris, en la escalera contigua a la primera que se desplomó por aluminosis, seguro que lo recuerdas, llamar humilde a mi barrio sería ser muy generoso. Si no me muestro ofendida porque me llames choni sin conocerme de nada es porque las chonis me merecen un respeto. Tengo amigas, alumnas… que quizás responden a esa etiqueta. A todas ellas las aprecio. Creo, sinceramente, que deberías informarte antes de hablar.

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    Paco Gómez Escribano dice: 20 julio, 2016 a 18:54

    A estas alturas la polémica roza el esperpento. El debate es bueno, pero si lo que se debate parte de una premisa falsa entonces el debate se convierte en eso, en una conversación de patio de vecinos. Lo del machismo en la Semana Negra: ya me pronuncié sobre eso. Si alguien se molesta en escarbar, veréis que eso surge desde oscuros intereses editoriales. He escuchado muchas veces que Chandler, Hammett, Burnett y aquí en España Ibáñez o Ledesma eran machistas. El razonamiento de designar al escritor por el comportamiento de sus personajes es un clásico carente de fundamento. Es como si dijéramos que Jim Thompson o Carlos Pérez Merinero eran unos psicópatas. Me preocupa escuchar razonamientos tan peregrinos. Tanto como me preocupa el tipo de sociedad hacia la que vamos: gente que no lee, gente cazando pokemons o copando las audiencias de los programas de telebasura.
    Mi preferencia es el Hardboiled por su componente de crítica social y por cómo se expresan los escritores que practican este estilo (no todos están muertos, véase Lawrence Block, Walter Mosley, Lehane o Craig Russell entre otros). Es decir, que tratar de sugerir que el estilo está muerto u obsoleto es hacer gala de la más elemental ignorancia. Respeto la Literatura de entretenimiento, pero no me mola.
    Qué hay más escritores de novela negra que mujeres es un hecho, como también lo es que hay muchas más lectoras que lectores.
    Respeto las ideas de Rosa Ribas, pero creo que en la lectura del acta del Hammett cometió dos errores. El primero fue volver a la polémica del machismo. Era ya un tema largamente trillado en redes y otros foros. No era el momento. No era el cumpleaños de Rosa, sino el de Marcelo Luján, que fue el que finalmente alzó con el premio. El segundo error fue decir que varias novelas de las finalistas carecían de calidad, sin especificar. Lo cual me parece una falta de respeto a los finalistas y al jurado que preselecciona las obras.
    Si unimos las dos cosas, sonó a «con lo malas que son las novelas finalistas y no están las mías y las de mis compañeras». También sonó a, como ha dicho Ernesto Mallo, que Marcelo pudiera haber ganado por la baja calidad de las novelas de sus adversarios.
    Seguir empeñados en hacer bandos a estas alturas no tiene sentido. Chicos o chicas, todos somos personas.
    Además, esta polémica, artificial y artificiosa, ya digo, suena a jugarreta para condicionar el premio del año que viene. Ahora bien, seguro que a alguna editorial le sale el tiro por la culata. Lo digo porque si este año tenían chica, lo mismo al año que viene tienen chico.
    Yo confío en que esto quede en anécdota y que nos dediquemos a escribir lo mejor que podamos y sepamos todos. Y que la variedad de estilos siga, que enriquece.

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      iraila dice: 23 julio, 2016 a 15:40

      «que hay mas escritores de novela que mujeres»… vaya frase, chaval… no digo mas

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    Mercedes Gallego dice: 20 julio, 2016 a 20:29

    Lamento que todavía haya que pensar lo que se dice y no decir lo que se piensa. He leído toda la obra de Teresa y de Rosa y de jarrón veneciano no tienen nada. Ahora bien, espero que no le pase factura, porque poner en cuestión la calidad de algunos autores, tiene su precio. Por cierto, no me gusta el estilo hard-boiled, pero calificar de novela enigma todo lo que no lo sea, es caer en algo muy manido.
    En cuanto a lo de chonis, mejor no opino, porque ya se ha dicho lo suficiente. Solo quería dejar claro que me parece una ordinariez y que en el lenguaje existen muchas palabras para referirse a la mujer sin necesidad de ser vulgar.

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    charo gonzález dice: 21 julio, 2016 a 14:16

    Madre mia. Vaya follón se ha montado! Soy lectora. Solamente lectora. Desde hace 40 años leo novela negra. No soy una recién llegada. En este periodo me ha dado tiempo a leer en todos estos subgéneros que se han creado. Me gusta Julian Ibáñez, y me gusta Rosa Ribas y Empar Fernández. Y adoro a Ernesto Mallo. Y si, considero que entre las obras finalistas que algunas he leído, hay algunas que a mi modesto entrender, no comprendo como han llegado hasta allí, pero confío en el criterio de la selección y en el criterio del jurado que galardonó a «Subsuelo» (que no he leído a pesar de que me la han recomendado mil veces). Lo que no estoy de acuerdo es en el tono del Sr. Ibáñez: no somos chonis, palabra que para mi supone un desprecio. Y además, que importa, aunque lo fuéramos, mayoritariamente somos las lectoras las que acudimos a eventos y compramos, y leemos. Creo que merecemos un respeto.
    Por todo lo demás, Sr. Ibáñez, seguiré leyéndole y admirando su trabajo como escritor, porque me gustará o no me gustará, pero no voy a elegir su lectura porque sea Ud. hombre, nacido en Lavapiés y mayor de 55 años. A mi eso me da lo mismo.
    En cuanto a la novela enigma que parece que está de moda ser denostada, soy una ferviente defensora de la misma.
    Novela negra, si. De calidad. Y me importa un pimiento quien la escriba.

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      Julián Ibáñez dice: 21 julio, 2016 a 15:39

      He nacido en Santander. Pero he vivido en muchos sitios. De niño, siete años, en los barrios bajos de Madrid.
      Siento que te moleste lo de choni y te pido disculpas. En lenguaje de barrio suena normal: «hemos quedado con las chonis». En Santander se diría «panteras».
      Yo hablo así, y no para adornarme, o disculparme. Pero en tu caso, que pareces una persona razonable, ya te digo: lo siento.

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    Cristina dice: 21 julio, 2016 a 15:10

    Apunto: Creo que Julián Ibáñez utiliza la palabra «chonis» como se utilizaba a finales de los setenta y principios de los ochenta. Creo también que desconoce las implicaciones actuales.

    Esto no sé si es bueno o malo. Es bueno porque lo descarga de intención ofensiva. Es malo porque… Bueno, básicamente porque los treinta últimos años no los tiene muy asimilados.

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    Cecilia Herreros dice: 21 julio, 2016 a 18:01

    Me gusta la novela negra . Me gusta Julián Ibáñez , me apasiona Empar y me vuelve loca Rosa Ribas a la que conozco personalmente y la veo una mujer exenta de egocentrismo .
    No entiendo la polémica , no entiendo este absurdo y estas arenas movedizas donde se ha metido el Sr. Ibáñez sin razón . Me apena pensar que no hemos avanzado nada y seguimos pensando en la mujer como » florero veneciano » finamente dicho . Sr Ibáñez ,con todos mis respetos , las mujeres lectoras somos sobre todo únicas , leemos de todo , ya esté escrito por hombres o mujeres , si bien es verdad , que los hombres se llevan la palma en tener màs libros editados . Somos chonis , amas de casa , libreras …. Y què ? Rosa solo dice lo que cree y muchas pensamos . Lo único negativo es que la novela ganadora que por cierto , a mí me cautivò , ha quedado en segundo plano .

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      Julián Ibáñez dice: 21 julio, 2016 a 20:29

      «Hammett sacó el crimen del jarrón veneciano y lo echó a rodar por las calles» (Chandler «El simple arte de matar»)- Yo solo he dicho que Rosa y Empar volvían a meter el crimen dentro del jarrón veneciano.

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        Cristina dice: 22 julio, 2016 a 00:07

        ¿»Solo»?

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    Paco Gómez Escribano dice: 21 julio, 2016 a 20:55

    Hablando se entiende la gente, dijo algún iluminado que seguramente confiaba en el género humano más allá del pragmatismo que lo desaconseja. Es una mentira, una falacia como otra cualquiera. La prueba es que por muchas palabras, por muchas frases que encadenamos aquí, casi nadie es capaz de hacer un análisis más allá del discurso oficial que se ha generado. Un discurso artificial, artificioso diría yo. Y me apena terriblemente ver cómo tanto compañeros como compañeras se abonan a ese discurso oficial, a ese banderín de enganche de falso feminismo en el género negro. Llevo varios años coincidiendo con compañeras y no he visto machismo por ningún lado.
    Una cosa es debatir y otra insultar. Tras el debate viene el linchamiento. A un hombre cuyo único mérito ha sido publicar más novelas de las que yo o cualquiera podamos llegar a publicar. A un hombre que ha estado siempre callado, en la sombra. A un hombre que quizás sea el más brillante de su generación junto a Carlos Pérez Merinero. A un hombre que por mucho que se le quiera boicotear a partir de hoy por lo que ha dicho le va a dar igual porque ya ha sido suficientemente boicoteado por las editoriales, por la crítica (des) especializada y por los lectores (des) especializados, que no todo el mundo entiende de novela negra en un país en el que se tira de best sellers que da gusto. En un país en el que se ha pasado de dar la mayor audiencia a un programa como La Clave a otorgársela a programas protagonizados por intelectuales como Belén Esteban o Paquirrín. El maestro Ibáñez o el citado Merinero, de ser americanos, habrían vendido tanto como Westlake, Thompson o Bukowski.
    Lo único cierto aquí, y yo estaba allí, es lo que dijo Rosa Ribas (por cierto, la escritora que más me gusta, creo que no lo he dicho) y que todos a estas alturas ya sabemos, aunque se hayan tergiversado sus palabras desde uno y otro bando. Bajo mi punto de vista se equivocó y ya está. Y eso no resta un ápice la grandeza de su obra, que admiro, no la hace ser peor persona (la conozco y es difícil encontrar una persona mejor) sino que la hace más humana. Como la opinión de Ibáñez, que también le hace más humano a él. Ibáñez sobrepasa los setenta tacos y es evidente que no habla como yo ni emplea los mismos vocablos de mi generación. Más de uno, visto lo visto se escandalizaría de la jerga de mi barrio. Pero es sólo eso. Ibáñez estaba nominado al premio Hammett, tan merecidamente como cualquier otro. De hecho este año ya le han dado el premio Bruma Negra y el del Congreso de la Universidad de Salamanca. Ibáñez intuía que no iba a ganar el Hammett, lo intuíamos muchos porque en sus novelas salen prostitutas, protagonistas de otras tantas obras de otros tantos grandes escritores en la Literatura Universal. Y las prostitutas, en medio de esta polémica, insisto, artificial y artificiosa de feminismo, no pegan. A Ibáñez no le pilló de sorpresa no ganarlo. A Ibáñez lo que le molestó fueron las palabras de Rosa respecto a la poca calidad de algunas obras finalistas, sin especificar. A mí también me habría molestado, como supongo que habrá molestado al resto de finalistas que están en su derecho de no pronunciarse, porque aquí hablas y te crujen. Sin embargo Ibáñez estalló, lo que, reitero, le hace más humano. Por tanto, me parece sectario el linchamiento. Como me parecería igualmente incongruente insultar a Rosa por su equivocación que, como a Ibáñez, la hace más humana.
    A mí me parecería estupendo debatir esto razonada y racionalmente en una mesa redonda de cualquiera de los festivales y luego tomarnos una copa ¿no os parece?

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      Antonia Huertas dice: 21 julio, 2016 a 23:34

      Pero Rosa Ribas LEÍA lo que había decidido CONJUNTAMENTE el jurado, ¿no? Es para aclarar conceptos, porque por las intervenciones habidas pareciera que era una cosa sólo suya. ..

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        S. B. dice: 22 julio, 2016 a 14:56

        Yo llevo pensando en esto un buen rato…su comentario no era a título personal, y en esa mesa había hombres, no es que sea una chiflada sacudiendo las manos alzadas. Vaya linchamiento malvado.

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    José Ramòn Gòmez Cabezas dice: 21 julio, 2016 a 23:59

    Siento no ser más original, pero subscribo al 99,9 % las palabras de Paco. Debatir es de lo màs sano que hay, de todos es sabido que te facilita el crecimiento intelectual, pero por favor, no hagamos de este debate lo que no es.

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    Cristina dice: 22 julio, 2016 a 00:10

    «Ibáñez intuía que no iba a ganar el Hammett porque en sus novelas salen prostitutas».

    Esto es un chiste, ¿no?

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    Fiat Lux dice: 22 julio, 2016 a 08:03

    La importancia del rigor.
    Reproducimos textualmente (de nuevo) el acta del jurado:

    Reunido el 14 de julio de 2016 en la Semana Negra el jurado del Premio Dashiel Hammett, compuesto por Rosa Ribas, Cathy Fourez, Ignacio del Valle y Miguel Barrero, decidió conceder por unanimidad el mencionado galardón a la novela ‘SUBSUELO’, de Marcelo Luján, publicada por Salto de Página.

    El jurado quiere señalar que la selección de finalistas era muy desigual. Del mismo modo, opina que la baja calidad de algunas de las obras seleccionadas pone aún más en evidencia la falta de novelas escritas por mujeres entre los títulos finalistas.

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    Xavier Borrell dice: 22 julio, 2016 a 10:52

    El querer destacar un subgénero por encima de otro dentro del mundo de la novela negra, en mi opinión, le hace mal al género, si no somos más aperturistas se acabará destruyendo. Dejo aparte de los debates machistas denostados que me dan pereza.

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    Laura Antolín dice: 22 julio, 2016 a 16:08

    Bueno, bueno, poca sarna que rascar…
    Si hasta hace cuatro días las letras (que no las palabras) eran empuñadas por hombres era por antes haber amordazado a las mujeres. Con la pata quebrada no se escribe ni rosa ni negro. Mientras, ellas acechaban a la sombra, sufridas musas y compañeras, secretarias y mecanógrafas.
    Las cosas cambian, a cámara lenta pero cambian. También, para las chonis y las amas de casa. Solo algunos acojonados se resisten, allá ellos…
    Puede que a las escritoras les cueste más «matar» a sus personajes, sumergirse en lo fosco. ¿Será porque saben lo que vale parir una vida? (Generalizo.)
    Tanto rollo con los géneros, que si hembra o macho; encajonar aquí o allá; más dará, discusiones bizantinas.
    Total, escribir es quedarse en bragas (o en calzoncillos, según) para que te lean en chándal o en bañador (también según).
    Las buenas historias las cuentan personas y los buenos lectores son personas. Viva el género neutro y los pronombres impersonales.

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    Sergio Vera Valencia dice: 22 julio, 2016 a 19:15

    Queridos:
    Habla un lector. Un lector que tiene en gran estima como escritores y sobre todo como personas, a Julián Ibáñez y Rosa Ribas. Dicho esto, voy a ser tan sincero como siempre.
    Julián, amigo, te has pasado tres pueblos, en forma y fondo. En forma, porque tildar de “chonis” a Empar y Rosa, me parece algo impropio de ti por mucho que sean términos de otra época, y porque además, te invito a leer Maldita verdad y Don de lenguas (la última de Rosa todavía no la he leído) para constatar como ninguna de las dos escribe novela enigma. Nosoy partidario de caer en el discurso facilón pseudofeminista, porque en general, me gustan más las novelas criminales de hombres que de mujeres, sencillamente, porque hay más autores de género hombres que mujeres, pero eso no quita para que discrepe con tus palabras.
    Dejando a un lado esto, como ya hemos comentado personalmente en más de una ocasión y pone de relieve Ana María Villalonga, la tradicional dicotomía entre novela enigma y novela negra (que por cierto, va más allá del hard-boiled ya que se trata de una etiqueta francesa, no americana, y si la restringiéramos a eso, quedarían fuera autores de la talla de Jim Thompson) está (o al menos debería estar) más que superada. Ya nadie escribe como Agatha Christie, por mucho que haya escritores chandlerianos a patadas (y parece que si dices públicamente que las novelas del tito Raymond o el padre Montalbán son un tostón te echan a la hoguera).
    Y, aunque al contrario que en años precedentes, en esta ocasión no he leído todas las finalistas del Hammett (precisamente, porque los comentarios que he oído sobre algunas de ellas, me han quitado las ganas) creo sinceramente, que:
    -1. No deberías darte por aludido, porque tu novela no se cuenta entre las de dudosa calidad, aludidas por el jurado.
    -2. Y porque coincido con el jurado (que no únicamente con Rosa, que se limitaba a actuar como portavoz del mismo) en que había novelas escritas por mujeres (como Berna González Harbour) que merecían estar ahí más que otras que sí lo estaban por motivos que ponen de relieve algo que no es nada nuevo bajo el Sol gijonés: el oscurantismo en la selección.
    Así que, un poquito de coherencia, joder. Lo negro debería ser más transparente, ya que tanto se nos llena la boca de crítica social, empecemos por la autocrítica.

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      Julián Ibáñez dice: 23 julio, 2016 a 10:15

      ¿Qué tal la tesis-merienda? La lectura seguro que fue perfecta.
      Aquí, entre nosotros, Sergio, el manifiesto, o lo que sea, que se leyó al final del premio, me importa un carajo. Entre otras razones por la más evidente: el tal manifiesto es una chorrada.
      Empleo «hard boiled» y «enigma» en el más amplio sentido de las dos palabras. Todo el mundo me entiende. No seamos académicos y a los subgéneros les colguemos otros subgéneros, etc. Así, para entendernos: Jim Thompson es puro hard boiled.
      El género «enigma» es deudor del argumento. El «hard boiled» es más elástico, por lo que se presta mejor a la crítica social, la denuncia, etc. Si se tiene alguna sensibilidad con estos temas, se elige el «h b» como vehículo. De aquí que la colección Etiqueta Negra y la Semana Negra de Gijón están decantadas hacia el «h b».
      Una sola autora entre los 130 títulos de la colección y medio desaparecidas, hasta ahora, en Gijón. ¿Por qué? Porque las mujeres no escriben «h b». La razón la dejo para vosotros, los estudiosos.
      Una interlocutora, más arriba, dice que se debe a que las mujeres paren. Dando a entender que todas las autoras han parido aunque haya sido en secreto.
      Me dicen que en los USA están apareciendo autoras de «h b» muy buenas. Estupendo.
      Vamos ahora a lo mejor. A un palabra: «chonis». He pisado un avispero. Joder, la que se ha liado. Me he quedado perplejo dos segundos. No veas
      qué insultos en Twitter.
      Las féminas han cerrado filas y me han atacado con la carta segura del machismo-feminismo. Dos segundos y he contraatacado con un carta, sucia, marcada y segura: clasismo. Han huido despavoridas.
      Mercedes Gallego dice, más arriba, que «chonis» es una «ordinariez». Amiga Mercedes, es una ordinariez en una cafetería de Serrano. ¿Lo es en una verbena de Entrevías (o cualquier barrio parecido)? ¿Cuántas de vosotras ha estado alguna vez en una verbena de Entrevías?… Silencio absoluto.
      Esta humareda feminista trata de ocultar el pánico a que les quiten los galones. Vienen malos tiempo y no estamos para aceptar la invitación a descender cinco peldaños en la escala social para ver lo que hay ahí abajo.
      (Ojo, no voy a fardar de niño pobre, sospecho que mis padres eran ligeramente multimillonarios. Eran dos maestros perdedores de la guerra. Expedientados. Se vieron forzados a abrir una academia en un barrio bajo de Madrid. El problema no era ese, el problema era que la calle era mi hogar y «mi» casa la mazmorra).
      Una de las interlocutoras se muestra muy educada y molesta por lo de «choni». Raudo le he pedido disculpas, faltaría más. A las demás, a partir de ahora, las llamaré… ¿chicas? (cuidado; cuando era chaval había una muchacha muy rubia a la que llamábamos «la Inglesa». la gritábamos «¡Inglesa, femenina¡» y nos tiraba piedras y nos insultaba). Menos a las que me han insultado, a estas, cuando me las encuentre en cualquier sarao literario, las diré: «Tu, choni» (manteniéndome fuera del alcance de sus uñas).
      No te enfríes, empieza otra tesis. Necesitamos emprendedores.

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        Turnips Field dice: 23 julio, 2016 a 13:20

        La única salida que veo es escribir un hard boiled con seudónimo de tío. Fundamentalmente para el Campo de Nabos se sienta cómodo. Así, con mucho arrabal, mucho poli corrupto, mucho mafioso duro, muchas, muchas putas y una femme fatale como Dios manda. Y todo en los barrios más bajos de Madrid, por supuesto, ahí es donde se cuece el bacalao, chup chup, pil, pil. Lo que ocurre es que no me llama el tema. Menudo aburrimiento. Mike Hammer en las 3000 viviendas. El Vaquilla y sus vaqueros fundidos al paquete. La pipa robada, el pico de droga. Joder, si en mi ciudad ya ni está el bus de la metadona…
        Humareda feminista, defenderse con las uñas…somos gatitas enfadadas. Gatitas de clase alta (yo me crié en al lado de chabolas de gitanos con tráfico de droga, robos de coches, etc, en la competición de «tengo la infancia más noir» llevo buenos puntos) que bufan. Miau-miau. Ya me gustaría ser de clase alta. Iba a perder parte de mi vida escribiendo novelas, un cuerno.
        Para terminar.
        El año que viene nominarán a una escritora para cubrir el expediente y ganará un tío del Campo de Nabos. Y a otra cosa, mariposa.
        Hace un día de puta madre y yo me voy a tomar una cerveza capitalista en una terraza del barrio. Que este tema aburre a un muerto (muerto entre atroces sufrimientos, claro está).

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        Cristina dice: 24 julio, 2016 a 01:04

        Julián, con todo el respeto y cariño, con toda la admiración y ternura: estás metido en un hoyo. Igual es buena idea que dejes de cavar.

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    Jose Ángel Vera dice: 22 julio, 2016 a 19:51

    No sé si los participantes de este foro habrán leído las cinco novelas propuestas al Hammett de 2016. Yo que las he leído, no tengo más remedio que darle la razón al jurado.
    En mi biblioteca familiar tienen cabida 3 novelas de Marcelo Luján, (Moravia me encantó), 21 de Julián Ibáñez (entre digital y papel), 8 de Raúl Argemí, 5 de Ernesto Mallo (incluyendo El relicario) y 6 de Juan Bolea. Con esto quiero dejar constancia del interés y respecto a los 5 seleccionados, dicho lo cual coincido con el jurado y con la mayoría de que Subsuelo es sin duda el justo ganador, y no es ni novela enigma ni Hard-Boiled, lo que demuestra la continua evolución del género negro.
    Dicho esto quizás no está demás recordar que el jurado estaba compuesto por 4 personas, y que Rosa Ribas fue su portavoz, de ahí que no entienda se hayan cargado las tintas contra ella y no contra todo el jurado, aunque creo que el problema no es tanto el jurado sino la selección de 5 novelas que se le pasa al mismo para que decidan.
    Quiero dejar una reflexión final, si Rosa Ribas es una «Choni» que les podemos llamar a Ignacio del Valle y Miguel Barrero.

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    Moreno De Pedro dice: 23 julio, 2016 a 11:03

    Al grano grano. Con independencia de género y de géneros y subgéneros, aquí de lo que se trata es de contar buenas historias y contarlas bien. Lo demás es puro teatro.

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