Cuestionario Fiat Lux
Escribe a mano, y en su mesa de trabajo no pueden faltar lápices, goma de borrar y sacapuntas “porque el lápiz tiene que estar bien afilado”. Rosa Ribas, que mataría en Franckfort, estrena nueva novela, junto a Sabine Hofmann: El gran frío (Ediciones Siruela/Policiaca); mientras sigue acumulando magníficas críticas por su Don de lenguas, con la que está entre los finalistas del premio Dashiel Hammett de la Semana Negra de Gijón.
En el interrogatorio al que ha sido sometida por #WebFiatLux, la zurda barcelonesa residente en Alemania revela libros y películas (género negro, por supuesto), confiesa su forma de crear (“siempre sin música”), testifica que se escribe tanta novela negra porque el momento actual da más que de sobra para ello, y con el fútbol cercándonos desvela una historia sobre cómo pudo llegar un mundial a Qatar.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
Rosa Ribas. Porque la historia que tenía en mente lo pedía. Era Entre dos aguas y no creo que hubiera podido contarla de otra manera. Después decidí seguir con el personaje de Cornelia Weber-Tejedor como acompañante.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
R.R. Me gustaba más ser policía. Eso de correr mirando hacia atrás todo el rato es muy incómodo.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
R.R. Creo que solo lo haría en defensa propia, así que es mejor no buscarme las cosquillas.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
R.R. A un representante de Faber-Castell o de Staedtler para robarles los muestrarios de lápices.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso,… ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
R.R. O bien tipos algo “marcianos” como Adamsberg y los tres Evangelistas de Fred Vargas o los que se lo cuestionan todo como Patrick Kenzie y Gennaro de Denis Lehane.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
R.R. Alguno que acabe ganando, pero ahora no recuerdo ninguno. Que me caiga bien, Tom Ripley, por eso, no cuenta.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
R.R. Algunos son Raymond Chandler por todo. Fred Vargas porque me sorprende y me fascina. Wolf Haas porque me hace reír. Patricia Highsmith porque me angustia, como también lo logra Ruth Rendell.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
R.R. Con el mundial de fútbol como noticia omnipresente, creo que el mundo del deporte es un buen tema para una novela negra. Me puedo imaginar una historia que cuente cómo llegó un mundial de fútbol a Qatar, por ejemplo.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
R.R. No sabría decirlo a ciencia cierta, pero aventuraría que el momento en que vivimos nos da motivos para ello. Dejando aparte a los autores que lo hacen porque cree que es lo que vende, creo que se trata de una necesidad de entender y dar forma literaria a situaciones que nos afectan intensamente, sea en el presente o en el pasado como fuente para comprender la época actual.
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
R.R. Tal vez por las mismas razones por las que se escribe. Además, es un género con un alto valor de entretenimiento, un factor del que no hay que renegar.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (del bueno o del malo) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
R.R. Me parecen motivos de lectura más bien secundarios. Legítimos, pero contingentes.
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
R.R. En potencia, todos somos bastante criminales.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
R.R. Si puedo elegir, me quedo con el detective, que va por libre.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
R.R. Cualquiera sirve. También pueblos y aldeas. Por las posibilidades de esconder un cadáver, propondría Frankfurt, hay tantas obras en la ciudad que es muy fácil hacer desaparecer a alguien bajo varias toneladas de hormigón.
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
R.R. La noche del cazador, El crespúsculo de los dioses, L.A. Confidential (por citar solo tres)
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
R.R. Ninguna. O lees o escuchas música. Los ritmos se interfieren.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
R.R. Nunca. La música me distrae. Puedo trabajar con música si estoy en un café porque es un ruido más, pero no la pongo. Siempre que leo que alguien trabaja con música clásica de fondo pienso que se trata de una persona a la que en realidad no le gusta la música.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
R.R. Un cuarto con una mesa grande que me empeño, en vano, por mantener despejada. Sobre la mesa, papeles, cuadernos y lápices, pero también fotos, plantas, notitas y otras cosas, que, ahora que la miro, no sé muy bien qué hacen aquí. Me pondría a ordenarla, en serio, pero tengo que contestar este cuestionario. La ventana queda a la derecha, soy zurda. Delante tengo estantería llena de libros, detrás, sofá para leer y otra estantería, esta con los libros que necesito para trabajar y los que todavía no he leído.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
R.R. Escribo todos los días. Por la mañana empiezo trabajando en un café porque necesito salir de casa para ponerme en marcha. Después de una hora más o menos, vuelvo a casa y sigo trabajando. Escribo a mano y en lápiz. Por las tardes suelo pasar al ordenador lo que he escrito (y pierdo el tiempo en internet, como tantos).
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
R.R. No necesito gran cosa. Si escribo a mano, aparte del lápiz, una goma de borrar y, sobre todo el sacapuntas, porque me gusta que el lápiz está bien afilado. Si escribo al ordenador, el lápiz rojo para marcar en el papel lo que ya he pasado a limpio. Un vaso de agua y un diccionario.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
R.R. Leyendo, buscando en la red y, sobre todo, preguntando mucho a la gente que sabe.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
R.R. Siempre llevo libretita y un lápiz a mano.
He escrito: Cornelia odia que la gente se disculpe diciendo “sorry”. Es una muletilla idiota.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
R.R. En cada novela o relato ha sido diferente. El gran frío nació con el título puesto y ya no se cambió porque era perfecto. Como Don de lenguas o En caída libre. En cambio el título Entre dos aguas me llegó al final y era también perfecto. Y Con anuncio siempre será una novela que no encontró su título ideal. La detective miope tenía el título desde el principio, pero a veces creo que debería haberle puesto el que era la segunda opción, “La viuda miope”.
FL. ¿Corrige mucho?
R.R. Muchísimo. A veces me da un poco de risa la gente que presume de no corregir. Creo que es una derivación del concepto romántico del “genio” literario. Me dan ganas de decirles “olvídalo, hermoso, no eres un genio, solo un poco vago”.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
R.R. Supersticiones no tengo, pero no me gusta hablar de lo que estoy haciendo. Tengo la impresión de que se me escapa la fuerza por la boca.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
R.R. Tengo varias cosas que, por suerte, están en el cajón y otras que guardo allí con pena, sobre todo una novela corta que se titula “la luna en la mina”, la historia de un hombre lobo español que emigra en los años sesenta a Alemania.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
R.R. La cuarta novela de la serie de la comisaria Cornelia Weber-Tejedor.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.R. Los corruptores de Jorge Zepeda Patterson.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
R.R. Bohumil Hrabal: Yo serví al rey de Inglaterra, Fred Vargas: El ejército furioso, Joseph Roth: Hotel Savoy, Fredrick Brown: La noche a través del espejo.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
R.R. Una novela gráfica Maestros antiguos, un texto de Thomas Bernhard ilustrado por Mahler.
FL. ¿La mejor forma de matar?
R.R. Desde la perspectiva del asesino, la que no es descubierta. Para la víctima, la que no duela y sea rápida.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
R.R. Leer.
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