“La Literatura dice que deje de mirarme en el espejo y me ponga a escribir con la misma rabia y la misma angustia como lo hago siempre, como lo estaría haciendo si no hubiera ganado el Hammett”.
XXX Semana Negra. Gijón. 14 de julio de 2017.
Premio Dashiell Hammett a la mejor novela de género negro publicada en el año 2016.
Madrid:frontera. (Ed. AlRevés). David Llorente.
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Las aguas negras del mar de Madrid revientan (ahora) con más fuerza que nunca contra los acantilados de Atocha.
-¿Qué ha pasado, o, mejor dicho: qué es ESTO que ha pasado en Semana Negra, en Gijón?
-Me he acordado de la teoría de las rachas. Los que juegan a la ruleta o al black-jack hablan de que, indefectiblemente, las malas rachas y las buenas rachas se suceden. Es una buena enseñanza para la vida. La teoría de las rachas te dice que debes seguir trabajando cuando las cosas salen muy mal (porque llegará la mañana en que el sol volverá a lucir) y que no debes bajar la guardia cuando las cosas te salen bien (porque, como cabe suponer, volverán las nubes de tormenta y los días anochecidos prematuramente).
Yo empecé a publicar muy pronto. Tuve la suerte (la buena racha) de ganar dos importantes premios literarios cuando aún no había cumplido los 26 años. Después llegaron el exilio y los años oscuros y yo, como escritor, me disolví en el olvido. Al cabo de ocho años publiqué una tercera novela que casi nadie entendió y me vi escribiendo para mantener la cordura y prácticamente autopublicándome para vender los libros en diversas presentaciones y al menos pagarme un par de meses de alquiler. Después llegó la editorial Alrevés y se hizo cargo de Te quiero porque me das de comer (Premio Memorial Silverio Cañada 2015) y de Madrid:frontera (Premio Valencia Negra 2016 y Premio Dashiell Hammett 2017). La teoría de las rachas levanta el dedo y me dice que tenga cuidado. Estoy preparado. Si tengo que volver a escribir para los fantasmas que pueblan las paredes, lo haré.
-¿A los que dijeron… qué les dices?
-Voy a pasar a la historia por ser el autor que más cita a Cela en sus entrevistas. Al terminar La familia de Pascual Duarte, Cela escribió inmediatamente la siguiente frase: Se acabó el divagar. Así confirmaba, de una vez y para siempre, su vocación literaria.
Yo nunca he divagado. Yo nací con vocación literaria. Sé que en el camino me voy a encontrar con voces de ánimo y con chillidos estridentes. A los que me sonríen, les devuelvo la sonrisa. Los que me chillan (o los que chillan sobre mí) solamente encuentran un muro de silencio contra el que rebotan sus chillidos, que regresan a sus oídos, donde no dejarán nunca de sonar, como castigo por no haber comprendido a estas alturas cuál es, de todos los pecados capitales, el más dañino y el que engendra más insatisfacción.
-¿A los que aún no han dicho… qué les dicen para que digan?
-Yo no busco que nadie diga nada. Mi obligación es sentarme a escribir y no desviarme de mi deseo de ir construyendo una obra literaria sólida y coherente, para lo cual se necesita tiempo, paciencia, trabajo y no sucumbir a cantos de sirena ni caer en la tentación de buscar atajos.
-Y la Doña (LITERATURA), a la que tú tan bien conoces, ¿qué crees que habrá dicho, que crees que estará diciendo?
Yo no la conozco bien. Yo, poco a poco, la voy desconociendo menos. Ahora mismo me está diciendo que sí, que muy bien, que deje de mirarme en el espejo y me ponga a escribir con la misma rabia y la misma angustia como lo hago siempre, como lo estaría haciendo si no hubiera ganado el Hammett.
-¿En Semana Negra (en esta SN) se ha recuperado IDENTIDAD, o ha habido quien/quienes ha/han recuperado (parte de) la identidad (posiblemente perdida)?
–Madrid:frontera se publicó en enero de 2016 y desde entonces no ha parado de viajar del género negro a la ciencia ficción, de la ciencia ficción a la fantasía, de la fantasía a la novela social, de la novela social a la novela de terror. Nadie sabía muy bien dónde colocarla. Nadie sabía qué resortes de la novela daban la clave de cuál sería su género. La Semana Negra de Gijón le ha otorgado el Hammett. Claramente, la organización y el jurado han entendido que la novela negra es elástica y lo suficientemente versátil como para moverse también por la superficie de otros géneros, entrar en sus casas y llevarse de sus habitaciones todo aquello que necesite, sin olvidar su esencia de crítica social y de dedo señalador de todo lo que comienza a pudrirse. Que un festival de novela negra (llámese Gijón o llámese como se llame) que lleva treinta años de vida sea capaz de entender y de premiar las novelas que evolucionan el género, que lo deforman y que lo trascienden, significa que tiene identidad.
-Dijimos ayer y repreguntamos hoy: ¿Madrid:frontera es el (un) espejo de lo que somos, de lo que fuimos?
-Valle-Inclán, en Luces de Bohemia, colocaba a los héroes clásicos delante de los espejos cóncavos de la calle del Gato y el reflejo resultante y deformador, que él llamaba esperpento, era el retrato de la sociedad española de ese tiempo. Ahora no hace falta que los espejos sean cóncavos. No hace falta deformar nada. El espejo de Madrid:frontera (más allá de las sirenas y del mar de Madrid y de los animales de metal) es un espejo de tocador.
-…¿y es el (un) espejo de lo que seremos?
-No. En la novela no hay nada futurista. La sensación de distopía es, en realidad, un recurso, más que de la ciencia ficción, de la novela de terror: estamos atrapados y nos están haciendo daño.
-Fuiste preguntado (aquí) si Madrid:frontera era un ajuste de cuentas y respondiste que sí. ¿Ya están ajustadas las cuentas…, ya están las cuentas ajustadas?
-No, no. Las cuentas (¿he dicho cuentas o cunetas?) no están ajustadas. Sigue sucediendo todo aquello que describe y que narra Madrid:frontera. Una novela no tiene el poder de cambiar el mundo. Ojalá. Pero yo, como autor, dije que a mí no me estaban engañando, que yo estaba viendo lo que estaban haciendo y que conocía las consecuencias devastadoras que eso tiene en las personas. Cumplí con mi obligación como escritor. La calidad literaria, que es el pegamento que adhiere una obra a las páginas de la Historia, hará que la novela sea uno de los referentes de esta época o no, el tiempo lo dirá.
“No te equivoques. Hace muchos años que es de noche. El sol (recuérdalo bien) debe empezar a lucir dentro de ti. Eres tú (Igi W. Manchester) el que debe hacer que un día vuelta a amanecer en la ciudad de Madrid. ¿Entiendes?” (Madrid:frontera, página 9).
– ¿Ha vuelto a amanecer, luce el sol?
No, no. Las aguas negras del mar de Madrid revientan con más fuerza que nunca contra los acantilados de Atocha.
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***NOTA (MUY) IMPORTANTE: David Llorente es el primer autor que en la Semana Negra de Gijón ha ganado de forma consecutiva el Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela de género negro, con ‘Te quiero porque me das de comer’, y con su siguiente obra el Premio Dashiell Hammett a la mejor novela de género negro, con ‘Madrid:frontera’.
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