Por Aramys Romero (@AramysRomero)
Fútbol y novela negra no es un binomio nuevo en las librerías de este país, aunque de las dos cosas va sobrada esta tierra. Aunar algo tan mainstream como el fútbol con la novela negra o policíaca, que aun siendo un producto masivo no lo es tanto como otros géneros, podría parecer un pequeño sacrilegio. Raro es el lector que no frunza un poco el ceño cuando se asocia su género favorito a algo tan popular y no siempre bien visto, como es el deporte rey.
Pero como digo, esta suma de pasiones, no es nueva. Aunque pocas, hay novelas donde el fútbol es el protagonista y donde, por alguna circunstancia, se comete un crimen; ahí tenemos a Horacio Convertini y su novela El último milagro, a Giorgio Falleti con Tres actos y dos partes, Las cuatro torres de Leandro Pérez, El fútbol no es así de Javier Tebas Medrano, La pena máxima de Santiago Roncagliolo, o el clásico de nuestro querido y admirado Manuel Vázquez Montalbán El delantero centro fue asesinado al amanecer, por poner algunos ejemplos de obras que tocan el tema.
¿Pero casan bien dos cosas tan distintas como el fútbol y la novela negra? Rotundamente sí. Porque aunque diferentes en muchas cosas, se tocan en muchas otras. ¿Que despierta de una manera brutal los instintos violentos de un ser humano? ¿El amor? ¿El dinero? ¿El deporte? ¿Y qué hay de la pasión? ¿Y la decepción? ¿La frustración? Id sumando argumentos para convertir un buen aficionado al fútbol, por ejemplo, en un potencial asesino. El fútbol tiene todos los ingredientes para ser el caldo de cultivo de una muerte violenta, para despertar los instintos más virulentos de un hombre, para ser el escenario de los chanchullos más sonados, lo tiene todo, absolutamente todo, para estar presente en el género negro. Y Philip Kerr lo sabe bien.
Scott Manson lleva el fútbol en la sangre; ex jugador profesional, aficionado acérrimo y, desde hace unas temporadas, segundo entrenador del London City. El fútbol es parte de su vida, es su vida, lo respira cada día, lo ama. Manson está a las órdenes de Joao Gonzalez Zarco uno de los entrenadores estrella de la liga inglesa, un portugués que no tiene pelos en la lengua, que se encara con los medios, un tipo elegante, encantado de conocerse, y sabedor de que es uno de los mejores. Un capullo redomado. ¿Os suena de algo?
Y la cosa se pone aún más fea cuando Zarco aparece muerto, aparentemente molido a palos. Cosa que el dueño del club, un ucraniano vergonzosamente millonario de nombre impronunciable, no va a dejar pasar. Así es como Scott Manson pasa de entrenador a detective. Y es que Viktor Sokolnikov, que así se llama el ucraniano, desea a toda costa esclarecer la muerte de su estrella, y para ello emplea a su hombre de más confianza, nuestro querido Scott. Porque Viktor no es un hombre que acepte una negativa.
Kerr no solo construye una estupenda novela negra con una gran dosis de misterio e investigación, problemas personales, sexo y bastante humor negro, Kerr también nos ofrece una tremenda fotografía del fútbol tal y como es hoy en día, que nada tiene que ver con aquel fútbol de cuando éramos pequeños y era aún un deporte. Las cosas han cambiado tanto que el fútbol es ahora un negocio lleno de jugadores millonarios y caprichosos adictos a las redes sociales, un deporte a sueldo de las televisiones, un deporte de mafiosos, blanqueadores de dinero y estafadores. Y Kerr, lejos de querer enaltecer el romanticismo de tiempos pasados, nos muestra sin ambages el circo en que se ha convertido este deporte, desde la frivolidad de sus jóvenes estrellas, hasta el vacío y el ostracismo en que caen las viejas glorias que un día daban la victoria a su equipo con goles decisivos.
Y es que Kerr es un perro viejo en el mundo literario y sabe muchísimo del oficio, Mercado de invierno es una novela sólida, redonda y tremendamente actual, una novela que rezuma fútbol por los cuatro costados, plagada de entresijos futbolísticos que harán las delicias de los aficionados y llenaran de curiosidad a los que no lo son tanto, una novela tan futbolera como negra, y a la que no le faltan los guiños a los equipos españoles, como el FC Barcelona o el mismísimo Guardiola. Incluso el mismo Kerr, emulando a Houellebecq, sale haciendo un cameo como negro literario.
En definitiva, unir pasiones es bueno y Kerr ha dado con algo que tiene recorrido, de ahí que Mercado de invierno sea el primero de una serie que, si todo va bien, se prevé larga y fructífera.
“Mercado de invierno”, Phillip Kerr, RBA Serie Negra