“Reivindico el escenario rural como paisaje negro”.
Ha enrocado a Ciudad Real en tablero de la novela negra y tiene en La Mancha una mina de argumentos para novelar: los 104 años de historias de su abuelo. José Ramón Gómez Cabezas, padre de Joaquín Córdoba Martín de la Vega y su compinche Ramón, presidente de la Asociación Novopol (Amigos de la Literatura Policial), lector compulsivo de exquisito paladar, y psicólogo: “Atracaría una librería de género, soy un yonqui de la novela negra”.
Con novela este año, “Orden de busca y captura para un ángel de la guarda” (Ed. Ledoria), este escritor, articulista, reseñista, y agitador del cotarro negrocriminal, hace dos revelaciones durante este interrogatorio: el título de su próxima novela y, sobre todo, el cuento que tenía guardado en un cajón y que descubre para Fiat Lux.
Lee, lee…
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
José Ramón Gómez. Leer novela negra, reseñarlas en revistas y webs, artículos sobre el género, relatos cortos…El siguiente paso lógico era intentarlo ¿no?
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
JRG. En estos casos siempre he sido un poco chaquetero. Dependiendo de la causa que me pareciera más noble.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
JRG. No me tientes, no me tientes. En la realidad mataría para defender a mí familia. Literariamente mato a quién me pide el cuerpo y alguno más.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
JRG. Una librería de género, pero suena poco codicioso, así que diré la torre de la corona.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
JRG. Literarios muchos. Por clásico a Marlowe.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
JRG. Jack el destripador, pero he de confesar que muchos políticos actuales ponen el listón muy alto.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués.
JRG. Es un cuestionario breve, ¿no? Entonces no puedo.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
JRG. Cualquiera de los que te encuentras al escuchar las noticias, lo malo es que si cuentas la realidad en tus argumentos nadie te creerá.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
JRG. Porque se lee mucha novela negra. Hay autores betselerianos que se aproximan al género como los políticos buscan votos, pero lo cierto es que es un género muy atractivo para escribir lleno de retos.
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
JRG. El misterio, la información ausente de los medios que se va obteniendo, la búsqueda de justicia poética. Hay tantos motivos como lectores.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (del bueno o del malo) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
JRG. Lo cierto es que algunas cosillas si sé que se aprenden leyendo novela negra
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
JRG. Potencialmente sí.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
JRG. Como la canción de Sabina, si pudiera elegiría de todo un poco.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito.
JRG. Me serviría cualquiera, aunque yo reivindico el escenario rural como paisaje negro.
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
JRG. La noche del cazador
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra.
JRG. María Callas o Thelonius Monk.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
JRG. No siempre. Cuando lo hago suele ser clásica o jazz la mayor parte de las veces.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
JRG. Una buhardilla llena de libros.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
JRG. Por las mañanas. Al menos una hora todos los días.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
JRG. De un té negro de bizcocho y naranja.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
JRG. Hablando con mi abuelo de 104 años, con la gente mayor. Buscando información en archivos, hemerotecas, Internet, librerías de viejo.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
JRG. Sí, lo anoto en el bloc de notas del móvil. Es lo que más a mano llevo. Sí, claro. Leche, plátanos… Uy, creo que esto era otra cosa.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
JRG. El título tiene que surgir
FL. ¿Corrige mucho?
JRG. Más de lo que me gustaría.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
JRG. No soy supersticiosos, eso trae mala suerte.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
JRG. Marta e Imabelle.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
JRG. En Puta metástasis, una novela actual, y en la tercera entrega de Joaquín Córdoba y su inseparable Ramón.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
JRG. Un yonqui de la novela negra como yo nunca deja de leer. Ahora, Sombras de la nada de Jon Arretxe. Muy recomendable.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
JRG. Ufff. Son tantos. Para eso tenéis que seguirme en el Twitter. Recomiendo uno cada poco tiempo.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
JRG. Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, de Cristián Alarcón. Me lo recomendó Leo Oyola cuando estuve en Argentina.
FL. ¿La mejor forma de matar?
JRG. A modo “luz de gas”
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
JRG. Mi familia.