Cuestionario Fiat Lux
Marcelo Luján ya nos dejó un relato negro y ahora responde al interrogatorio. Lo hace cuando acaba de publicar su nueva novela: “Subsuelo”, en Salto de Página.
Lo que mola, estando en estas, es saltarse unas líneas e irse directamente a las respuestas al #CuestionarioFiatLux. Pero si necesitas algo más de info que sepas que Marcelo Luján cambió Buenos Aires por Madrid y que lleva aquí 14 años empleándose a fondo en el periodismo, en los talleres de lectura y en la escritura, con siete novelas (entre ellas la premiada en el Getafe Negro de 2009: “La mala espera”) y un sinfín de relatos que han sido publicados en diversas antologías y publicaciones. Uno de ellos, “Algunos hombres malos”, que fue publicado en el número #03 de Fiat Lux, y lo pudiste leer también aquí, en #Cómplices.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
Marcelo Luján. Porque me ponen las historias que abordan (o describen o utilizan) la oscuridad del ser humano, en cualquiera de sus interacciones.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
M.L. Soy un fanático de la justicia social. Por lo tanto, no puedo estar siempre del mismo bando.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corta: ¿A quién mataría?
M.L. Carlos Salem mató a Julio Iglesias en Camino de ida. Después de eso, cualquier asesinato quedaría en segundo plano.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
M.L. La tienda donde alguna vez vendan algo parecido a la felicidad.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
M.L. No me generan nada los detectives. La mayoría me resultan un tanto inverosímiles. Además, se parecen todos a Marlowe.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
M.L. El Pibe Cabeza, el bandido más buscado, y el más osado, de Argentina en la década de 1930. Lo mataron en mi barrio, en un tiroteo con la policía, cuando policías y ladrones se tiroteaban en igualdad de condiciones.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
M.L. Carlos Zanón, porque construye sus personajes por afuera del marco clásico, y porque consigue grandes ficciones negras sin caer en lugares comunes. Un día, mientras comíamos pizza, me dijo que iba a escribir una novela negra sin ningún muerto.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
M.L. Para mí, casi todas las noticias de actualidad son negras (tengo la mala certidumbre de que vivimos en un mundo decididamente negro).
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
M.L. Porque el género negro actual, además de haber absorbido al policial, permite desarrollar ese arista oscuro al que hice referencia antes. Y se vende porque el lector se ve identificado en estas ficciones. Y se ve identificado porque casi ninguna acción criminal le resulta ajena ya.
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
M.L. Todos.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
M.L. Me temo que ninguno de nosotros, en el mundo desfachatado en que vivimos, estamos en condiciones de elegir el bando. Nos tocará, en algún momento, ser una cosa u otra. Aun siendo honrados, aun con la certeza de ser buenos padres, aun siendo pacíficos. En algún momento, por la circunstancia más inesperada, hasta por honor o lealtad, podemos adoptar cualquiera de esas etiquetas, aunque sea de modo temporal. Y aunque más tarde nos arrepintamos.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
M.L. Buenos Aires. Y también Madrid.
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
M.L. Ciudad de Dios. Relatos salvajes.
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
M.L. La versión en directo de The kill, de 30 Seconds To Mars.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
M.L. Para escribir necesito silencio sepulcral. Por eso me gusta la madrugada.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
M.L. Escritorio de Ikea y ordenador de sobremesa. Tengo una habitación exclusiva para ello. En esa habitación hay una ventana al exterior y una cama en la que no duerme nunca nadie.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
M.L. Soy completamente anárquico, por no decir un perfecto desastre, para establecer horarios de escritura. Además me disperso con facilidad. Pero cuando estoy dentro de la historia que quiero contar, me da igual todo y el tiempo (ese de los relojes) deja de ser tiempo.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
M.L. Del mate (fundamental).
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
M.L. No me documento. A veces miro algún que otro dato en Google. Lo que sí corroboro con mucho rigor son los elementos relacionados con la medicina.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
M.L. Nunca tuve dicha libretita.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
M.L. Lo primero es la historia. Siempre. En Subsuelo no definí el título hasta que recibí las primeras galeradas.
FL. ¿Corrige mucho?
M.L. La verdad es que no. Lo normal, supongo.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
M.L. Escribir de madrugada, tomar mate constantemente, incluso con el agua ya fría e imposible.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
M.L. Los iracundos. Una novela que escribí a los veinte años, por supuesto experimental y por supuesto no-publicable.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
M.L. En nada. Acaba de salir mi última novela. Quiero fumar, leer tumbado en el sofá, y ver los partidos de San Lorenzo. Todo desde la más absoluta sensación de ocio.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
M.L. Una novela de Nell Leyshon: Del color de la leche. Maravillosa.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
M.L. La novela que estoy leyendo, Esta noche moriré, de Fernando Marías, Glaxo, de Hernán Ronsino, y Últimos días en el puesto del Este, de Cristina Fallarás.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
M.L. Los cuentos completos de Haroldo Conti. Lamentablemente en España son una rareza, aunque Bartleby los haya editado (más vale tarde que nunca).
FL. ¿La mejor forma de matar?
M.L. La única forma de matar es con el olvido.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
M.L. Dormir cuando no es necesidad.