“Escribo novela negra porque vivo en ella”
Por un altavoz sonaba Chet Baker y por el otro Anthony and the Johnsons, pero la canción que atronaba este interrogatorio era una de Raphael titulada como la última novela de Pere Cervantes: “No nos dejan ser niños”, el debut literario de la policía María Médem y su compañero y antiguo jefe Roberto Rial. Policías, sí, como nuestro interrogado, al que ya tiroteamos en Getafe Negro.
Barcelonés afincado en Castellón, cuyas calles reales y virtuales patrulla, Pere Cervantes confiesa a quién mataría y cómo, a quién atracaría y cómo, cuáles son sus modelos, qué lee, qué escucha o cómo y dónde escribe y qué está escribiendo.
Licenciado en derecho y observador de paz de la ONU en la antigua Yugoslavia, reparte su tiempo entre su curro de madero, “Starsky y Hutch fue determinante”, y su pasión por la escritura, “nunca hay días sin escribir o sin leer”. De canijo quería ser futbolista y ahora querría ser cineasta, de momento es policía y novelista.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
Pere Cervantes. Porque vivo en ella.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
P.C. Starsky y Hutch fue determinante, iba con los polis. Con el paso de los años, también.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
P.C. Al que “joda” la vida a un niño o a sus padres.
FL. FL. ¿Qué o a quién atracaría?
P.C. Me fascinaría limpiarles, mediante herramientas tecnológicas, las cuentas suizas de nuestros políticos. Total, ellos dicen que no son suyas.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
P.C. Milton Bolivar de Harlan Coben, sagaz, buen tipo y fiel a sus valores y a sus métodos.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
P.C. Butch Cassidy (Newman), y Sundance Kid (Redford) en “Dos hombres y un destino”.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
P.C. Como ya dije en un tiroteo a bocajarro que sufrí en Getafe Negro, Francisco González Ledesma es mi brújula literaria. Por ser capaz de captar la esencia humana ( la mierda y las flores) y ofrecérnosla a modo de prosa poética, eso sí, arrancándonos sonrisas y alguna que otra emoción amarga.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra?
P.C. Lejos de lo que parece los asuntos de corrupción me cansan, suelen ser parecidos y una vez analizados no son nada fascinantes. Me quedo con la cara oculta de Internet, conocida como la “Deep web” en la que puedes contratar a un sicario, comprar droga o hacerte con tarjetas clonadas sin apenas dejar rastro. Tiene muchas posibilidades literarias y cinematográficas.
FL. ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
P.C. Eso ya me lo reservo para mí.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
P.C. ¿Estás seguro que no se escribe más libros de no ficción o libros de autoayuda?
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
P.C. Se trata de una cuestión atávica y se llama “sentimiento de justicia”, sentir que existe la justicia, y como estamos ávidos de ella al leer este tipo de novelas recompensamos de este modo las carencias de la vida real.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (del bueno o del malo) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
P.C. Me inclino a pensar que aquellas novelas que logran que el lector se implique, son las que tienen una mayor aceptación. Descubrir al malo satisface egos escondidos.
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
P.C. Todos tenemos un lado oscuro, se trata de gestionarlo y en el peor de los casos de aplicarlo al menos de manera justa.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
P.C. En esta vida policía, llámame tonto si quieres ante tanta impunidad para los de corbata y cargo público que usan tarjetas opacas.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
P.C. Ciutadella , Menorca.
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
P.C. Son muchas: “El halcón maltés”, “L.A. Confidential”, “Heat”, “Ronin”, … No pararía.
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
P.C. Cualquier álbum de Chet Baker, es magistral.
FL. ¿Usted se pone música para escribir?
P.C. Sí. Para cada novela que escribo elijo su particular “banda sonora creativa”, en mi última novela “No nos dejan ser niños” el elegido fue Anthony and the Johnsons.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
P.C. Una habitación con decoración colonial (madera), con una ventana a una tranquila calle de Benicásim y rodeado de libros en estanterías.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
P.C. Cuando puedo. He de compatibilizar mi oficio de escritor con el de subinspector de policía (dirigir un grupo de policía judicial) y mi familia. La literatura, salvo excepciones, no paga hipotecas. Hay días de muchas horas, otros de menos pero nunca hay días sin escribir o sin leer.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
P.C. De cuadernos de notas.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
P.C. Internet, prensa escrita, libros y entrevistas personales combinadas con visitas a los lugares que aparecerán.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración?
P.C. Desde que Apple en sus Iphone tiene la aplicación NOTAS, esa es mi libreta.
FL. ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
P.C. En exclusiva “Localizaciones Menorca: Roberto Rial – Cala Macarella- Tener en cuenta Tramontana para crear atmósfera y consultar que es “esclatasang” para los menorquines” Como veis , preparando la segunda parte de “No nos dejan ser niños”.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
P.C. Depende. En mi próxima el título surgió desde el principio (no puedo decirlo), en “No nos dejan ser niños” costó lo suyo.
FL. ¿Corrige mucho?
P.C. Creo que sufro de alguna neurosis relativa a la corrección de mis novelas.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
P.C. Supersticiones ninguna, en serio, manías ( pienso un poco)… Tener una botella de agua cerca, la tablet para consultar cosas en Internet sin minimizar la ventana de la pantalla del ordenador, y procuro silenciar el teléfono.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
P.C. Tengo una novela negra guardada, registrada y en la actualidad negociando una posible publicación (después de que se publique la segunda parte de “No nos dejan ser niños” el próximo 2015), se trata de una novela en la que invertí cinco años de mi vida y tengo todas mis ilusiones depositadas en ella, se titula “Solo se muere una vez”.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
P.C. Como he dicho anteriormente en la segunda parte de “No nos dejan ser niños”, larga vida a María Médem y Roberto Rial.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
P.C. “Desapareció una noche” de Dennis Lehane.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
P.C. Cualquiera de González Ledesma, la saga de Milton Bolivar de Harlan Coben, la triología de John Verdon, la saga de Valentina Negro de Vicente Garrido y Nieves Abarca, “Todo Marlowe” de Raymond Chandler ”, “Un millón de gotas” de Víctor del Arbol, y todas las de Frank Thilliez. Ya me he dejado a un montón, de nuevo, esta pregunta empieza a ser un sufrimiento.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
P.C. “Expendiente Barcelona” de González Ledesma, novela descatalogada en la que aparece como personaje muy secundario el inspector Méndez, una joya.
FL. ¿La mejor forma de matar?
P.C. Aquella que no pasa del pensamiento a la realidad.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
P.C. Leer, cine y futbol, un tipo básico.