Por Aramys Romero (@AramysRomero)
Puede que a alguno de vosotros le suene el nombre de¨ Andréi Chikatilo¨, o su apodo, «El Carnicero de Rostov». Un tipo que sembró Rusia de cadáveres, principalmente de niños, allá a finales de los setenta y durante todos los años ochenta. A ¨Chikatilo¨ se le atribuyen al menos cincuenta y dos asesinatos, todos ellos brutales y de carácter sexual. Hombre de familia, casado y con dos hijos, con un trabajo estable y de carácter afable, ¨Chikatilo¨ llevo una doble vida durante doce años, en los que persiguió y asesinó niños de todas las edades y fue también un buen padre y un perfecto ciudadano acorde con el sistema comunista de la época.
Cogiendo como referente la persona de ¨Chikatilo¨, Tom Rob Smith construye una novela alrededor de esta figura, de este asesino en serie, pero sin centrarse en él, sin hacer de ¨Chikatilo¨ el pilar de la historia. Además cambia la época y traslada la trama a los oscuros años cincuenta, cuando Rusia estaba inmersa en un régimen estalinista oscuro y brutal.
Moscú, invierno de 1953, Leo Stepánovich Demídov es agente de la MGB, el servicio de seguridad de Unión Soviética (Lo que más tarde sería la KGB) y su fe ciega en el sistema comunista está por encima de todo: ¨su país podría haberle pedido cualquier cosa, él se habría mostrado de acuerdo de inmediato¨. El trabajo de Leo es velar porque se cumplan las normas que establece el régimen, unas normas brutales e injustas que absolutamente nadie puede cuestionar: ¨La misión de Leo consistía en acabar de manera terminante con cualquier especulación infundada y reconducir a la gente hacia la razón¨.
Leo es un héroe condecorado, un agente intachable con una hoja de servicios inmaculada, ha entregado y denunciado a centenares, miles de personas aún sin tener pruebas claras de la culpabilidad de los sospechosos: ¨La culpabilidad de un sospechoso pasaba a ser real en el mismo momento en que se sospechaba de él¨. Pero las cosas cambian cuando lo mandan a calmar los ánimos de una familia que ha perdido a su hijo en un accidente de tren. El padre del chico es un colega de Leo en el MGB y afirma que su hijo ha sido asesinado, algo que para Leo y el régimen es imposible, puesto que el crimen solo se da en sociedades capitalistas y degeneradas.
Pero dos hechos más hacen que sus dudas en cuanto al Estado crezcan; la orden de capturar a un simple veterinario, un hombre honrado y trabajador que le revelara la crueldad de su posición en la MGB y, lo peor de todo, cuando su superior le manda seguir e investigar a su propia mujer.
La fe de Leo en el sistema se resquebraja, empieza a tener dudas y ya no cree que: ¨la supervivencia de su sistema político lo justifica todo¨. Su mundo, su educación, su vida, se vienen abajo. La simple duda que nace en él en torno al Estado ya es motivo para que lo ejecuten por traición.
La aparición de más niños asesinados, la confusión creciente de Leo y el haberse creado un enemigo dentro de las filas del MGB, hace que las vidas de Leo y su mujer Raisa den un vuelco de ciento ochenta grados y ya nada sea igual; bajo sospecha constante, intimidados, vigilados y degradados, intentaran empezar de nuevo.
Sorprenden muchas cosas de El niño 44, sobre todo que sea una primera novela. Smith ha escrito una muy buena novela, una historia oscura y brutal enmarcada en una época y un régimen igualmente oscuro, demente e inhumano. La ambientación es espectacular, sin reservas, el régimen estalinista bajo el que vive Rusia está narrado con una precisión y una fuerza increíbles y el lector se puede hacer una buena idea del infierno que vivieron en aquella época. La trama, una mezcla entre novela negra y novela de espías, funciona perfectamente, es rápida, truculenta, negra y muy redonda.
Estamos pues ante un giro en la línea editorial de Salamandra Black, que apuesta esta vez por un libro con claros tintes de thriller, con unas ventas a sus espaldas de muchas cifras y que, valga la osadía, recupera una novela que ya fue editada en España en 2009. Aunque es de recibo decir que Salamandra ha rehecho por completo la traducción y la ha dejado como nueva.
‘El niño 44’, Tom Rob Smith, Salamandra Black