Por @AnibalLector13, “Di-Secciones de un lector en serie”.
(Quinquis con pocas) luces, cámara….convers- ¡acción!
Así es la fórmula George V. Higgins, el puto amo del diálogo, el jodido maestro del maestro Tarantino.
Ya ves, ni más ni menos que un picapleitos de Boston, que en los años setenta, tuvo una idea cojonuda. Se dijo, oye, George, muchacho, ¿y si tiras de contactos, te dedicas a transcribir el argot de los manguis que conoces y das el pelotazo?
Y se puso, se puso, y parió “Los amigos de Eddie Coyle”. Nada, poca cosa, un librito de apenas doscientas páginas. Poca cosa, sólo la mejor novela negra de la segunda mitad del siglo XX para Dennis Lehane.
Pero bueno, aquí veníamos a hablar de mi libro, de “Mátalos suavemente”, ¿no? De una novela publicada originalmente en 1974, y jodida, pero bien jodida, en la gran pantalla hace un par de años.
Y no es que tenga nada contra Brad Pitt, qué va, sólo una envidia del carajo por meter el suyo donde lo mete, pero es que los iluminados que rodaron la película iban de mesías o algo así, y se debieron de proponer hacer un milagro.
Total, que cuando se cansaron de convertir el vino en agua, y dominaban el noble arte de dividir los panes y los peces, probaron a ver si eran capaces de rodar una peli de puta pena con un guión de puta madre.
Y vaya si lo consiguieron
¿Que de que va? A eso vamos, joder, no seas impaciente. El libro va de pringaos, de tontos del culo que, como buenos tontos del culo, se creen más listos que el hambre.
Va de un pavo recién salido del trullo llamado John Amato, al que no se le ocurre nada mejor que llamar a otros dos pringaos para dar un palo a una timba.
Pero qué pringaos, oiga, de primera calidad, y los estaban dando, los estaban regalando. Un lumbreras que se dedica a secuestrar y vender perros robados, y un pichabrava que sólo piensa en meterla en caliente para que no se le constipe.
Pues eso, que este equipo A del atraco, se propone dar un palo en una timba que ya fue limpiada años atrás sin que ningún hijo puta pagase el pato.
Pero claro, detrás de la timba hay una mafia, y de la mafia, un mafioso que no tendrá ni un segundo de perdón por los que han vuelto a robar al ladrón.
Así que, el mafias llama a Jackie Cogan, Brad Pitt para los de las palomitas, un asesino a sueldo que ha despachado más fiambres que Campofrío en sus buenos tiempos, para que se asegure de cerrarles el pico y cortarles los huevos a esos gallinas.
Y esa, más o menos, es la trama de “Mátalos suavemente”, frasecita que, por cierto, jamás se dice en el texto, pero sí en esa obra maestra del cine negro gafapastil que es su adaptación.
Pero ojo, que nadie se engañe, porque eso no es el resumen del principio, no. Eso es el resumen de toda la jodida novela.
Oye, tú, no me mires así, ¿eh? Y deja a mi madre en paz, Que no te he jodido nada.
Porque la magia de Higgins, no está en lo que cuenta, la magia está en cómo lo cuenta. En que con dos líneas para decir quién habla y dónde, le bastan y le sobran para que empiece la fiesta, para que empiece la diarrea verbal de sus hampones de poca monta y mucha labia.
Y qué quieres que te diga, Se le da tan de puta madre ponerlos a monologar, porque estos tíos más que hablar monologan, que consigue hacer que te olvides, qué digo olvidar, consigue que te importe un huevo que estemos leyendo una novela en la que no pasa una mierda.
Qué coño importa, si cada línea de diálogo, si cada anécdota, es un delicioso deja pulp (fiction) que hace de cada página un festín verborreico y de cada capítulo una orgía de estilo, en el que sus personajes son capaces de convertir una auténtica parida en una puta obra de arte.
Así que, editores de Libros del Asteroide, si estáis leyendo esto, sed buenos, y traednos más joyas del maestro Higgins, que este año no ha vuelto a las estanterías antes de Navidad, y se le echa de menos.
A ver si vamos a tener que ponernos serios, y llamar a Jackie Cogan, para que os haga una visita.
O peor, al director, para que os haga una película….
“Mátalos suavemente”, George V. Higgins, Libros del Asteroide