Por Aramys Romero, @AramysRomero
No tengo muy buenas experiencias con las novelas de género negro largas, suelen perderse en detalles que rellenan la trama, suelen tener un ritmo lento, suelen…bueno, no es bueno generalizar, claro. Pero mi experiencia personal es que me divierto más con las novelas negras dinámicas, que van directas al grano, concisas. Será por eso que soy un incondicional del Hardboiled y del Pulp.
También es que soy más bien un lector impaciente.
Una trampa para cuervos es una buena novela. Para el público adecuado. Al cual seguramente yo no pertenezco. No es muy dinámica, más bien todo lo contrario, el ritmo es pausado, tranquilo, el paisaje es una parte importante de la narración, el pasado de los personajes tiene mucho peso, así como los lazos familiares, las traiciones y las mentiras. Y eso no son cosas malas necesariamente, son cosas con las que yo no disfruto demasiado.
Ann Cleeves sitúa la acción en los Peninos del norte, una región situada entre el sur de Escocia y el norte de Inglaterra, compuesta por una cadena de montañas no demasiado altas que tiene una longitud de unos cuatrocientos kilómetros. Allí en una pequeña granja, Rachel (bióloga), Anne (botánica) y Grace (zoóloga), han de realizar un estudio para la posible viabilidad de una cantera en una parte del parque natural. Su estudio puede dar el visto bueno al proyecto, o por el contrario, tirar por tierra todo el plan de la cantera.
A parte de las tres mujeres antes citadas, y protagonistas de la novela, una parte importante de la trama recae en la inspectora Vera Stanhope, una mujer mayor de aspecto desaliñado, modales extraños y métodos aún más chocantes. Una inspectora a la que yo no le he acabado de coger el punto y que me ha dejado un poco frío.
Cleeves abre la trama con un cadáver a las pocas páginas de empezar, eso siempre es de agradecer, que yo soy muy de ir coleccionando muertos desde el principio, para luego ir adentrándose en las vidas de las tres mujeres protagonistas, narrando su pasado hasta el momento en el que han llegado a la granja para hacer el estudio. Los mismos hechos –actuales- son descritos por las tres mujeres, cada una con su punto de vista, con especial interés, para mí, en el de Grace. Así vamos conociendo motivaciones, intereses e inquietudes que han llevado a cada una de ellas hasta esa pequeña granja y a colaborar en el estudio de la cantera.
Novela de paisajes y de personajes. Con un peso importantísimo adquirido casi por méritos propios, Los Peninos son un personaje más de la trama de la novela, vastas extensiones de terreno, valles, montañas, un silencio que ahoga el alma, un viento que susurra, Los Peninos están tan presentes durante la historia que abruman, son los ojos que nos vigilan, una presencia constante, omnipresente.
Y personajes bien definidos, bien diferentes, identificables por sus voces, con personalidades bien marcadas, mujeres muy distintas. Así como una galería de secundarios bien rica e igualmente bien construida.
Ann Cleeves nos propone una lectura llena de intrigas familiares, conspiraciones políticas e intereses empresariales, todo ello en un escenario de gran belleza y marcado significado. Escrito con un estilo sencillo y claro y con una trama de una complejidad asequible. Pero como he empezado diciendo, no creo que todo el mundo vaya tener paciencia para esta novela. Es una novela marcadamente inglesa, deudora de los grandes clásicos ingleses, más misteriosa que negra, con un ritmo ágil pero lento, reflexiva. Y es una primera novela, a la inspectora vera Stanhope aún le queda mucho para ser un personaje redondo, se le ven los flecos.
En definitiva, Una trampa para cuervos es una novela algo diferente, bien escrita, mucho más que otras que se jactan de vender miles de ejemplares, bien construida, pero que yo no recomendaría a los amantes del HardBoiled ni de las novelas ¨más duras¨. Seguramente encontrará un buen hueco de lectores en aquellos que disfrutan de las aventuras de Amaia Salazar y similares. Y que Ann me perdone.
Una trampa para cuervos, Ann Cleeves, Editorial Maeva