“Se lee novela negra para poner un poco de orden en el caos”
Escribe en gallego y sus novelas suceden en gallego, pero escribe poco. O mejor dicho, tarda demasiado en publicar: “Mi oficio tiene más que ver con la depuración de la idea y el texto que con fogonazos de inspiración”. Padre del inspector Leo Caldas, que tiene mucho de él además de la galleguidad, y de su ayudante maño Rafael Estévez, Domingo Villar se deja interrogar por Fiat Lux y desvela, entre otras cosas, el título de su tercera y largamente esperada novela…, aunque depende: “Se titulaba en un principio ‘La hija del doctor Andrade’, pero… creo… que verá la luz como ‘Cruces de piedra”.
Guionista de cine y televisión, crítica gastronómico, experto en vinos, coleccionista de “Halcones malteses”, y autor de ‘Ojos de agua’ y ‘La playa de los ahogados’ (ambas en Siruela), un día cualquiera de Domingo Villar consiste en escribir de noche, releer y corregir por la mañana, y las tardes para la familia. Siempre, eso sí, con una manía: “Leer lo escrito en voz alta. No me sirve leer en alto sin más, necesito leérselo a alguien”.
Interesantes confesiones para Fiat Lux, entre las que no podían faltar… nombres propios: Danny Coughlin, David Toska, Satie, Le Carré, Samuel Esparta, Oroza, Panero… entre otros.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
Domingo Villar. Supongo que empecé por emulación de los autores de género que tanto me habían hecho disfrutar como lector.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
D.V. Con los que huyen, como casi todos los niños.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
D.V. No sé a quién mataría, pero encerraría muchos años a los corruptos, a los corruptores, y a los que actúan por maldad o a los que, como el escorpión de la fábula, no pueden luchar contra su naturaleza.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
D.V. Al FMI. Sin sangre y a lo Robin Hood, distribuyendo el botín entre los necesitados.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
D.V. El Danny Coughlin creado por Dennis Lehane en Cualquier otro día.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
D.V. Ésta es fácil: David Toska. Es el ladrón de guante blanco noruego que desde la cárcel planeó el robo de El Grito del Museo Munch de Oslo para ofrecerlo luego a las autoridades noruegas a cambio de una reducción de su condena.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
D.V. Hammet, Lehane, Cormack McCarthy, John Irving, Camilleri…
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
D.V. La actualidad política parece una gran novela negra, pero es tan cutre y desazonadora que resulta complicado hacer de ella una lectura sugerente.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
D.V. ¿Para tratar entender algo de lo que sucede a nuestro alrededor?
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
D.V. Tal vez por la misma razón, para poner un poco de orden en el caos.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (de la buena o de la mala) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
D.V. Alguno habrá que lea por esas razones, pero creo que la mayor parte tendrá otros motivos: unos buscarán evasión, otros diversión, otros cierto estímulo intelectual,…
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
D.V. De ninguna manera. La bondad es la cualidad principal de mucha gente a la que quiero, aunque me consta que socialmente está bastante menos valorada que otras supuestas virtudes.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
D.V. Dependiendo de las circunstancias podría estar cómodo en la piel de cualquiera de ellos. Pero si tengo que elegir: el detective, el policía y el ladrón.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
D.V. No es preciso irse muy lejos: Vigo, donde nací, o Madrid, que es la ciudad en la que vivo.
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
D.V. El tercer hombre, El sueño eterno, Perdición, Fargo.
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
D.V. Satie, por ejemplo, que acompaña y no interfiere.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
D.V. Sí, prefiero escribir con música. No muy alta, apenas un ruido de fondo. Los mismos discos suelen acompañarme durante meses, mientras escribo: Baldo Martínez, Ludovico Einaudi, Oscar Peterson, Rodrigo Leão, Rosa Cedrón…
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
D.V. Escribo en el salón de mi casa, sobre la mesa de comedor, de espaldas a la ventana y en un teclado que conecto a un ordenador portátil. Siempre hay algún cuaderno y hojas con apuntes desplegados sobre la mesa.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
D.V. Suelo escribir de noche, cuando mis hijos y mi mujer se han acostado, hasta las tres o las cuatro de la madrugada. Por las mañanas leo, releo y corrijo. Dedico las tardes a mi familia.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
D.V. Chocolate, Coca-Cola, agua, café.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
D.V. Leyendo, escuchando, preguntando a los que saben, visitando los lugares por los que transitan las novelas.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
D.V. Sí, siempre llevo en algún bolsillo una libreta pequeña y bolígrafo para tomar notas. La última anotación es la imagen de una casa llena de caballetes con cuadros que cuentan historias. No se si servirá para algún libro o se quedará donde está, en esa libreta.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
D.V. Hay un título desde el principio. Aunque no sea definitivo, me ayuda a escribir.
FL. ¿Corrige mucho?
D.V. Muchísimo más de lo que me gustaría tener que corregir. Pese a lo que pueda parecer, mi oficio tiene más que ver con la depuración de la idea y el texto que con fogonazos de inspiración.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
D.V. Leer lo escrito en voz alta. No me sirve leer en alto sin más, necesito leérselo a alguien. Mientras vivió, mi padre fue mi sparring. Le leía casi todas las mañanas. Ahora no hay un oyente fijo.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
D.V. Tengo varios cuentos sin publicar: Don Andrés el Guapo, Senén y el cine sonoro, Los 15 años de Isabel Daponte…
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
D.V. En una novela, en la misma que me absorbe desde hace algunos años. Hablando de títulos provisionales, esta novela se titulaba en un principio La hija del doctor Andrade, pero creo que verá la luz como Cruces de piedra.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
D.V. Acabo de terminar Una verdad delicada, de Le Carré.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
D.V. Cualquiera de Ramiro Pinilla, que se nos acaba de ir. Los policiacos, protagonizados por Samuel Esparta, son estupendos. El cementerio vacío, por ejemplo.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
D.V. Colecciono “Halcones malteses”. Y tengo una edición bonita de los Cuentos sangrientos de la Pardo Bazán, y toda la poesía de Oroza y Leopoldo María Panero.
FL. ¿La mejor forma de matar?
D.V. De placer o de risa.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
D.V. Tengo varios: la lectura, la holganza, la polinización…