Cuestionario Fiat Lux
Anda persiguiendo “Un diablo en cada esquina” después de la “Narcolepsia”, y, no contentos con haberle hecho levantar las manos en el #07 de Fiat Lux, no nos ha quedado otra que interrogarle.
Jordi Ledesma, el “chico flaco de Cambrils” como le llama Raúl Argemí, pegó un giro tan radical a su creación literaria como que pasó, sin miramientos, de los poemarios a los criminales. Tan bien le salió el envite que fue finalista del Silverio Cañada de Semana Negra, y desde ese trampolín se lanzó en plancha a la carnicería criminal, aun siendo consciente de que “estamos en un periodo de burbuja de tramas criminales”. No le importa y aquí, entre un no parar de pitillos, lo explica y precisa mientras va realizando confesiones, revelaciones y avisos: “con licencia literaria para matar podría apuntar muy alto”.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
Jordi Ledesma. No puedo estar seguro del todo, hay cosas que escapan a las etiquetas. Siempre quise escribir, siempre he escrito, y cuando me puse a hacerlo con cierto criterio, y unas premisas de autoexigencia, resultó que lo que escribía cuadraba en el género. Y supongo que las lecturas influyeron, claro, pero también leo otros géneros. Y supongo que cierta atracción hacia el mundo criminal y las páginas de sucesos. Y la intención de ofrecer un reflejo social de la calle, y de juzgar ciertas licencias humanas, que aún siendo ficción, se abordan con proximidad. Y todo un poco.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
JL. Con los ladrones. Huir era más divertido que perseguir.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
JL. Con licencia literaria mataría de hambre a todos los que pasaron su tarjeta Black. Con licencia literaria colgaría de un palo a los de cuello blanco, y a varios directivos de banca. Con licencia literaria podría apuntar muy alto.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
JL. Al FMI, Al BCE, Y la Reserva Federal de EEUU, la que sale en todas las pelis.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
JL. Pepe Carvalho
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
JL. Tom Ripley me parece genial.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
JL. Juan Marsé y Andreu Martín, por la trayectoria, y el mérito de saber, desde una obra extensa, crear novelas muy distintas, y muy bien escritas. Y por saber narrar siempre buenas historias que atraviesan cualquier etiqueta, o franja lectora.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
JL. El panorama político actual ofrece todo lo necesario, puedes pillar de todos lados, concejales, policías, secretarios generales, médicos, traficantes, redes de blanqueo, redes de lo que quieras… Y afrontarlo desde la óptica que quieras, estamos en un periodo de burbuja de tramas criminales. De todos modos yo soy más de inventarme las tramas.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
JL. No lo sé, podría dar alguna teoría banal que ni siquiera me he planteado muy en serio, y la improvisaría ahora mismo. Hay un auge, pero desconozco el origen y mucho menos las causas.
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
JL. Pues en la línea de la anterior, no lo sé. En cualquier caso es bueno que se lea. Y hay que decir que en este país se lee poco.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (del bueno o del malo) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
JL. Tampoco lo sé, quiero pensar que se lee por insertarte en una historia que te transmita emociones, de cualquier tipo. Lectores de novela negra los hay, y siempre los ha habido, de muchos perfiles, porque el género es muy extenso en sí, desde los amantes del pulp, hasta los que les gusta el thriller norteamericano con tramas familiares en pueblo en los que todos se conocen y aún así duermen con un 38 bajo la almohada. De los personajes malvados y petulantes de la postguerra de Marsé, a la cuba de Padura, o el Tomelloso de Plinio. Asesinos en serie, traficantes de droga, atracos, secuestros… Del Boston Lehane, al Estocolmo del sueco de turno… A mí me gustan casi todas las que están bien escritas. Pero decir que te gusta la novela negra es como decir que te gusta el porno, no sabes si lo has visto todo, y es muy probable que haya algo que no te guste.
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
JL. La sociedad es egoísta. Y cualquier abuso por ínfimo que sea es un acto criminal. El mundo está lleno de abusones.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
JL. Yo soy novelista y, a su vez, me toca ser cada personaje que manejo. Aunque mis novelas son más criminales que policiales.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
JL. Londres
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
JL. —The killing— (Atraco perfecto) de Kubrick, como clásico. Y del cine moderno —El Aura— de Bielinsky.
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
JL. Cualquier tema, no muy rápido, interpretado por Dexter Gordon, sin demasiado volumen, que vaya muy por debajo de la lectura. Pero esto es un farol porque yo leo sin música.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
JL. No acostumbro a escribir con música.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
JL. Desordenado. Huele a humo y a ceniza.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
JL. Intento escribir cada día, me reservo el tiempo que puedo, pero me gusta escribir por las mañanas.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
JL. Tabaco y la radio, programas de actualidad, tertulias, pero a volumen muy bajo, que me permita no escucharlo si no quiero.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
JL. Soy un tipo bastante observador y algo voyeur, como lo son todos los escritores, y además hay que analizar lo que observas, eso es necesario para profundizar personajes y hacerlos visibles en un libro, y que, a su vez, transmitan emociones a quién lee el texto. Creo que eso es lo más importante, la credibilidad. Luego está la verosimilitud, que también es importante, pero no sirve de nada sin personajes creíbles. Para resultar verosímil soy muy preguntón, tengo mis volúmenes, mis ambientes, y mis contactos.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
JL. Llevo una libreta en la que anoto cualquier cosa que me cause curiosidad o me invite a querer recordarla. Lo último que he anotado es la dirección de un piso en el que unos rusos apalancan dinero, planeo atracarlo. Disculpen que no transcriba la anotación.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
JL. Ya surgirá. Y surgirán decenas durante el camino. Todos malísimos.
FL. ¿Corrige mucho?
JL. Últimamente reescribo mucho. Reescribir te hace ligar bien la trama, además de obligarte al replanteamiento de lo que has escrito, o reescrito, y respecto a lo que vas a escribir o reescribir. La reescritura refuerza las novelas, y las replantea.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
JL. No tengo manías que yo considere extrañas. Me gusta estar sólo. No escribo en la calle, ni en bares.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
JL. No tiene título. No vale nada.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
JL. En una novela. Y en un pliego de cuentos.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
JL. No me gusta leer otras novelas mientras estoy desarrollando la mía, las lecturas me influyen en el proceso creativo. Pero lo último que he leído y me ha gustado ha sido Un buen invierno para Garrapata, de Leo Coyote.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyos?
JL. Los buenos, y si son de mis amigos, mejor.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
JL. Nada que no haya leído nadie. Como rareza, un Atlas viejo al que recurro cuando mi vecino no enciende el wiffi.
FL. ¿La mejor forma de matar?
JL. Pudiendo vivir después. Matar es un trago, ya sea para bien o para mal.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
JL. Pensar.
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