“Para escribir novela negra hay que ser un romántico de la literatura”.
Como cantaba Sabina “calla más de lo que dice pero dice la verdad”. Verdad rotunda, robusta, pétrea. José Javier Abásolo, creador del implacable detective y exertzaina Mikel Goikoetxea “Goiko”, responde agustito al interrogatorio y descubre referentes, claves, vicios y manías… pero sin desvelar más de lo justo.
Lo hace, cerveza en mano, sin pestañear, paladeando las respuestas. Únicamente hace un atisbo de alterarse en dos momentos: cuando se repasa su obra, y se le escapa un esbozo de sonrisa orgullosa (“Lejos de aquel instante” (premio de Novela Prensa Canaria 1996 y finalista del remio Hammett 1997, traducido al francés), “Nadie es inocente” (traducido al francés e italiano), “Una investigación ficticia”, “Hollywood-Bilbao”, “El color de los muertos”, “Antes de que todo se derrumbe” (premio García Pavón 2005), “El aniversario de la independencia”, “Heridas permanentes”, “Pájaros sin alas” (traducida al euskera y ucraniano), “La luz muerta”, “La última batalla”…), y cuando se le recuerda, y pone mirada un poco de soslayo, un acto de presentación de su última novela en la que el libro fue desgajado porque “Una del Oeste” (Ed. Erein) mezcla una novela negra con una de far-west.
Es José Javier Abásolo: “en la vida real los escritores de género negro solemos ser bastante apacibles”.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
José Javier Abásolo. Como lector, aunque me gusta leer de todo, siempre he tenido una especial predilección por el género negro. Además, cada vez que se me ocurre una historia para plasmarla en un relato o novela, siempre deriva en una historia de género negro. Quizás yo no haya elegido el género, sino que el género me ha elegido a mí.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
JJA. No lo recuerdo muy bien, supongo que donde me tocara, cuando se trataba de jugar no había que hacer ascos a nada. De todos modos, lo que más nos iba era el fútbol, en la época de la infancia éramos aún tan inocentes que eso del género negro nos sonaba, como mucho, a algunos jugadores de la selección brasileña.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
JJA. Difícil cuestión. De hecho en las novelas, aunque siempre con otros nombres, ya nos desahogamos en la ficción con quienes no son precisamente un modelo de convivencia, así que en la vida real los escritores de género negro solemos ser bastante apacibles. Quizás aquí debería responder que “a todos los políticos, empresarios, líderes corruptos, etc., que hacen de la vida del ciudadano un infierno”, pero responder eso tiene el mismo sentido que cuando las aspirantes a Miss Loquesea dicen que su mayor aspiración es “conseguir la paz mundial”.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
JJA. Voy a ser muy tópico, pero ¿qué aficionado a las películas de atracos no ha deseado nunca poder atracar la Reserva Federal USA?
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
JJA. Philip Marlowe o quizás sería más correcto decir que el modelo de detective que establece su creador, Raymond Chandler, en “El simple arte matar”.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
JJA. Parker, el personaje creado por Donald Westlake con el seudónimo de Richard Stark. Aunque quizás, además de la fuerza del personaje, influya en ello bastante la caracterización que del mismo hizo Lee Marvin.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
JJA. Aquí sí que no me mojo, y pido disculpas por ello, pero muchos de los escritores negros españoles actuales son conocidos y amigos y no quisiera citar a algunos (aunque se lo merezcan) y olvidarme de otros (aunque también se lo merezcan, qué le vamos a hacer). Dentro de los clásicos, pues de nuevo va a parecer un tópico, pero la triada Chandler, Hammett, Jim Thompson. El por qué sería muy prolijo de explicar, pero si han llegado a ser clásicos es por algo, y yo estoy de acuerdo con ese “algo” inexplicado.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
JJA. ¿La corrupción generalizada? Sí, pero ésa es la esencia del género negro desde sus comienzos. Y es que eso de que “la realidad supera a la ficción” también parece un tópico, pero en muchas ocasiones es cierto. Quizás haya un tema poco tratado en la ficción como los manejos de algunos dirigentes deportivos, de cualquier deporte. Pero de momento no tengo previsto escribir sobre eso, aunque quizás a partir de esta contestación me entre la necesidad de hacerlo, nunca se sabe.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
JJA. En los países anglosajones, y no lo digo como reproche sino con envidia, porque es económicamente muy rentable. En el Estado Español para escribir novela negra hay que ser, aunque parezca contradictorio, un romántico de la literatura. O sea, que escribimos género negro porque nos gusta, sin darle más vueltas.
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
JJA. La explicación académica y/o intelectual siempre nos dice que las épocas de crisis son propicias para el género. Seguramente tienen razón, pero además yo creo que el género negro recoge la estructura clásica de “planteamiento-nudo-desenlace” y la pasión por contar y leer historias. Además, el género policial tiene una ventaja sobre el resto de novelas. Si una novela en general es mala, cierras el libro y te olvidas de ella, pero en una novela policial mala siempre te puede quedar el gusanillo de llegar hasta el final para saber quién es el asesino, aunque tengas que tragarte un bodrio.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (del bueno o del malo) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
JJA. Yo creo que se lee novela negra por el simple placer de leer novela negra. Lo que, en mi opinión, es una razón más que suficiente, y sin desdeñar las apuntadas en la pregunta.
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
JJA. Todos tenemos un “lado oscuro”, más o menos acentuado según los casos, pero de ahí a decir que todos somos algo criminales… Sin pensar ingenuamente en eso de que “todo el mundo es bueno”, yo creo que en general la mayoría somos buena gente.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
JJA. Menos ser el cadáver, cualquier papel podría venirme bien, según el momento y el estado de ánimo.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
JJA. Bilbao, por supuesto. Y si tengo que salir del “botxo” para parecer un poco cosmopolita, su equivalente norteamericano, Nueva York.
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
JJA. “Casablanca”, aunque no sé si se puede considerar estrictamente de género negro. Pero Humphrey Bogart e Ingrid Bergman están inconmensurables. Y aunque es más de acción que de género negro, “Ruta suicida”, de Clint Eastwood, la he visto un montón de veces.
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
JJA. En general tal vez algo de jazz. Más concretamente, en mi caso, en mis tres novelas dedicadas a Goiko los títulos los he sacado de tres canciones en euskera: “Pájaros sin alas” de “Txoria, txori”, de Mikel Laboa, “La luz muerta” de “Ilargia”, de Ken Zazpi, y “La última batalla” de “Euskal Herrian euskaraz”, de Oskorri.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
JJA. Normalmente no suelo escuchar música cuando escribo.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
JJA. Bastante minimalista. Un ordenador sobre el tablero extendió de un mueble fabricado al efecto. Se ve que a pesar de ser escritor soy un tipo muy sencillo
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
JJA. Normalmente por la tarde, después de comer, o a la noche, después de cenar. No es que necesite tener el estómago lleno para escribir, simplemente es así. Y cuánto…, depende del momento, pero procuro escribir al menos dos folios diarios, que luego quizás desecho, pero creo que esa autodisciplina es buena para el escritor.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
JJA. Solamente el ordenador y el teclado.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
JJA. Como la mayoría de mis novelas transcurren en la época actual y en un entorno geográfico próximo, apenas necesito documentarme, pero cuando necesito cotejar algún dato, recurro a Internet y, en algunos casos muy puntuales, a amigos y conocidos especialistas en temas muy específicos.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
JJA. No, y es una pena, porque muchas veces se me ocurren “ideas geniales” que luego, cuando llego a casa y quiero plasmarlas en el ordenador, ya se me han olvidado. Quizás, después de todo, no fueran tan geniales.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
JJA. Depende. En algunas novelas he tenido claro el título desde el principio y en otras me ha costado dar con uno adecuado. Incluso en un par de ocasiones los he cambiado a sugerencias de los editores. Soy muy irregular en ese aspecto.
FL. ¿Corrige mucho?
JJA. Por supuesto. Corregir es tedioso, pero muy necesario. Incluso conviene que te lo lean terceras personas porque, en muchas ocasiones, por más que corriges, no lees lo que está escrito sino lo que piensas que está escrito. En ese sentido estoy encantado con la editorial que ha publicado mis cuatro últimas novelas, Erein, por la labor que suele hacer.
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
JJA. Antes solía decir que no tenía ninguna manía, pero desde que me ha dado cuenta de que tener manías es muy literario, ahora suelo decir que tengo la manía de no tener manías.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
JJA. Una novela corta titulada “Zapatos rotos”. Tengo también escritos algunos relatos infantiles que escribí cuando mis hijos eran pequeños, pero que nunca me he animado a publicar.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
JJA. En la cuarta novela dedicada a la serie protagonizada por Mikel Goikoetxea, “Goiko”, un exertzaina reconvertido en detective. Aunque no será mi próxima novela, a finales de año o principios del próximo saldrá una ucronía, también en clave de novela negra y aún sin título definitivo, que transcurre en un Reino de Navarra independiente y mayoritariamente de religión protestante, en la época de la II Guerra Mundial.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
JJA. “Te arrastrarás sobre tu vientre”, de José Luis Muñoz, un escritor tan prolífico como interesante.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
JJA. Para hacer un poco de publicidad, y de paso no mojarme demasiado, cualquier título de la colección COSECHA ROJA, de Editorial Erein, en la que yo publico. Por lo demás, hay mucha cosa buena que leer, “Muerto el perro”, de Carlos Salem, por ejemplo, que es el último que he leído y me parece estupendo. O cualquiera de Andreu Martín, Juan Madrid o Julián Ibáñez. Y también Claudio Cerdán. En euskera, Alberto Ladrón Arana es un escritor potente.
FL. Y de la balda“rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
JJA. Estrictamente no son rarezas, ya que son novelas publicadas comercialmente no hace mucho tiempo, y de una de ellas incluso se ha hecho película, pero no son de género negro y me parecieron muy buenas, además ambas me las recomendó mi mujer: “La ladrona de libros”, de Markus Zusak, y “A los cuatro vientos”, de Dave Boling.
Pero como “rareza, rareza”, conservo un libro que le regaló (y dedicó a pesar de que no comulgaba con esas historias) a mi padre hace muchísimo tiempo el autor, titulado “El fin del mundo está muy cerca”, basado en las profecías de San Malaquías. Según los datos que se manejaban en dicho libro, ni yo podría haber contestado este cuestionario ni ustedes podrían haberlo leído, porque el fin del mundo tendría que haber llegado hace una década o algo más.
FL. ¿La mejor forma de matar?
JJA. La que no deje ningún rastro. Por ejemplo, un buen susto a alguien que sufra del corazón. Pero si entre los lectores hay quien tiene esa dolencia, que no me eche a mí la culpa, ¿eh? Yo sólo estoy respondiendo a un cuestionario que me está haciendo sudar tinta china, lo que tiene su mérito en la época de los ordenadores.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
JJA. Leer, escribir, pasear, tomar unos vinos con los amigos, el fútbol (no como jugador sino como espectador y socio del Athletic de Bilbao, uno de los tres equipos que jamás ha bajado a Segunda), algunas series de televisión, estar tumbado en el sofá (si tengo una lata de cerveza en la mano mejor, pero no es totalmente imprescindible) y cosas similares. Y si me olvido de algo es por pudor, no por mala memoria. En fin, nada lejos de lo habitual y es que la imaginación la reservo exclusivamente para las historias que escribo.
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