Cuestionario Fiat Lux
Cineasta, músico, escritor…, Lluc Oliveras acaba de echar un órdago de órdago con su nueva novela ‘Los Profesionales’ en la que recrea las vidas y obras de los miembros de la banda que fue considerada en el 96 “la más poderosa de Europa”.
Barcelonés, como su gánster y su Gaudí, Oliveras comparte con Fiat Lux reflexiones rotundas y confesiones secretas. También recomendaciones: Bunker, Pizzolatto, Luján, Lilin, Di Cataldo, Gómez Escribano…
En vez de matar convencería para que lo hiciera otros; se pierde componiendo bandas sonoras; trabaja como si fuera una impresora; y querría, “como cualquiera”, probar las ventajas y beneficios de ser El Padrino.
Fiat Lux. ¿Por qué le dio por escribir novela negra?
Lluc Oliveras. Bueno, fue un poco por una carambola. Empecé como guionista, y escribía novelas de otras temáticas y géneros, pero trabajando en un documental sobre atracadores de banco, conocí una vida interesante, y vi la opción de adentrarme en el género negro y el thriller, y después, me volqué en ello.
FL. En el juego de policías y ladrones, ¿con quién iba?
LO. ¡Con los ladrones! Jajaja. Yo de pequeño, era de ver las emisiones de “Perros callejeros” que ponían en Tv2, a la una de la madrugada.
FL. Tiene licencia novelesca para matar / Tenemos licencia literaria así que no se corte: ¿A quién mataría?
LO. Sin duda, a todos los políticos, banqueros y miembros de la clase alta, que insisten en pisarnos, para que no podamos tener una vida decente.
FL. ¿Qué o a quién atracaría?
LO. No creo que actualmente atracar sea muy rentable, pero en caso de tenerlo que hacer, lo haría a cualquiera de los que nos atracan a nosotros con impuestos o facturas impagables, solo para que supieran lo que se siente.
FL. Si fuese detective, investigador, sabueso…, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
LO. Posiblemente, John Luther.
FL. Si fuera criminal, desde asesino a atracador, valen todos los palos, ¿quién o quiénes sería/serían su/sus modelo/modelos?
LO. Neil McCauley (Robert De Niro). El líder de la banda de Heat.
FL. Díganos su escritor o escritores del negociado negrocriminal preferido/preferidos, y su/sus porqué/porqués
LO. Edward Bunker me gustaba por la realidad y crudeza de sus relatos, aunque Nic Pizzolatto con su reciente “Galverston”, me sorprendió gratamente.
FL. ¿Qué noticia, asunto de actualidad, ve o vería como argumento para novela negra? // ¿Y cómo podría ser o sería el planteamiento?
LO. ¡Bufff! ¡Existen tantos! Lamentablemente vivimos en sociedades demasiado suculentas, en ese sentido. Todo el tema de las malversaciones políticas, y los chanchullos que se esconden tras los gobiernos imperantes, dan para mil tramas. Un buen planteamiento sería utilizar la técnica de Erin Brockovich, y desmantelar una trama de interés social, cómo podría ser el robo de las empresas energéticas.
FL. ¿Por qué se escribe tanta novela negra?
LO. Posiblemente por lo que comentaba antes. Es decir, la misma sociedad se encarga de darnos argumentos sólidos para este género. Y todo el mundo, se identifica con la ley o con quién la vulnera. Es algo que forma parte del ADN humano.
FL. ¿Por qué se compra o se lee tanta novela negra?
LO. Porque se trata de un género dinámico y que contiene elementos fácilmente identificables y análogos a los cinematográficos. Es quizás, la lectura que despierta ese tipo de recursos en la mente de los lectores.
FL. ¿Usted qué piensa, que se lee novela negra por envidia (del bueno o del malo) o para aprender (a ser malos o a descubrir malos)?
LO. Creo que se lee para aprender aquello que uno no sabe, y quizás alguna vez ha pensado en hacer y en la forma de adentrarse en vidas, muchas veces sugerentes por diferentes motivos. Cualquiera querría probar las ventajas y los beneficios de ser el Padrino, por ejemplo.
FL. ¿Todos somos un poco (o un mucho) criminales?
LO. Creo que sí, aunque unos pocos deciden cruzar el límite de lo legalmente aceptable. Aunque, hoy en día, queda demostrado que no hace falta ser violento, para cometer grandes crímenes.
FL. Puestos a elegir, ¿usted sería el criminal o el detective, el asesino o el policía, el ladrón o el investigador?
LO. Digamos que ambas caras de la moneda. Por un lado, el ladrón a la vieja usanza. Es decir, sin aplicar la violencia, y robando a los que previamente han robado. En pocas palabras, usando la célebre frase de “Quien roba a un ladrón, tiene cien años de perdón”. Por otro lado el investigador, por aquello de ir descifrando y acumulando pesquisas y recomponer lo sucedido. El trabajo de investigación —que de alguna forma aplico en mi trabajo— siempre me ha atraído mucho.
FL. Dígame una ciudad para cometer un delito
LO. Barcelona
FL. Cine Negro: una película (o unas películas)
LO. Camino a la perdición, Muerte entre las flores, Érase una vez América, Drive…
FL. Póngame una banda sonora para leer novela negra
LO. A nivel de composición orquestada la banda sonora de Érase una vez América. De estilo más actual, la banda sonora compuesta para Drive.
FL. ¿Usted se pone música para escribir? ¿Qué música?
LO. Si. De todo tipo, pero especialmente Hard rock estilo Aerosmith, etc… o bandas sonoras de películas como El último samurái.
FL. ¿Cómo es su espacio de trabajo?
LO. Básicamente una mesa espaciosa con un Pc de sobremesa, varios discos duros, una pizarra blanca en la pared, para crear las estructuras, y unos listones de madera dónde juego con fichas. Utilizo el mismo método que al crear un guión cinematográfico, y luego, novelo lo estructurado.
FL. ¿Cómo escribe; cuándo; cuánto…?
LO. Desde hace años me dedico solo a la escritura —novela y guión— así que paso mi jornada laboral —más de doce horas seguro— trabajando en varios proyectos a la vez. Por la noche se trabaja con mayor tranquilidad dado que no existen las llamadas, ni los mails ni mis obligaciones paternas, pero suelo ponerme desde la tarde hasta altas horas de la madrugada.
FL. Música al margen, ¿de qué se acompaña para escribir?
LO. De una buena taza de café, y poco más.
FL. ¿Cómo se documenta para sus novelas?
LO. Mis novelas suelen jugar con una buena base real, de modo que intento buscar prensa —paso horas en hemerotecas—, entrevistar a los protagonistas, o documentarme con medios audiovisuales. Muchas de las experiencias explicadas en mis novelas son reales, aunque debidamente ficcionadas.
FL. ¿Es de los que llevan una libretita siempre a mano y va anotando secuencias, ocurrencias, cachitos de inspiración? /// ¿Nos leería algo de lo último que haya escrito en esa libreta?
LO. Desde hace años, trabajo con grabadora. Siempre llevo una encima, o bien el teléfono, y suelo caminar mucho para darle rienda suelta a mi imaginación. No tengo carné de conducir, y no soy muy amigo de los transportes públicos, de modo que en el trascurso de mis paseos, para ir de un lado a otro, voy grabando todo aquello que creo adecuado a la novela. Una vez en casa, los transcribo y trabajo sobre papel.
FL. ¿Empieza por el título o el título ya surgirá?
LO. En mi caso, el título siempre surge en el proceso, y a raíz de una frase o un detalle.
FL. ¿Corrige mucho?
LO. Trabajo como si fuera una impresora. Es decir, hago diferentes pasadas, y cada una, es una revisión. Un método de guión, que me lleva a aceptar una versión en la séptima u octava revisión. Aunque depende de la extensión de la obra, y de la complejidad de las tramas, personajes, etc…
FL. ¿Qué manías o supersticiones tiene mientras trabaja, mientras crea?
LO. Pocas. Me he acostumbrado a trabajar en varios proyectos a la vez, y lo cierto es que cuando me pongo a ello, me abstraigo de todo. No soy muy maniático, sino más bien práctico, en ese sentido.
FL. ¿Cómo se titula la novela, cuento, escrito…, que guarda en un cajón?
LO. Guardo varias, pero sobre todo una novela de género negro llamada “Más dura será la caída” a la que tengo especial cariño. Narra muchas experiencias que viví cuando trabajaba haciendo documentales de investigación.
FL. ¿En qué está trabajando ahora?
LO. Ahora, en la novela de mi primer largometraje, “¿Me acompañas?”, una biografía bastante especial, y un guión de género negro.
FL. ¿Qué está leyendo ahora mismo?
LO. Subsuelo de Marcelo Luján, y Diez de diciembre de George Saunders.
FL. ¿Qué libro/libros nos recomienda, además de lo suyo?
LO. “Educación siberiana” de Nikolái Lilin, “Roma Criminal” de Giancarlo de Cataldo, “Galveston” de Nic Pizzolatto y “Yonqui” de Paco Gómez Escribano.
FL. Y de la balda “rarezas y curiosidades” de su librería, ¿algún descubrimiento que quiera compartir con nosotros?
LO. Las biografías del Vaquilla eran interesantes —pese a la fantasía que en parte había en ellas— y “Ciudad de Dios” de Paulo Lins.
FL. ¿La mejor forma de matar?
LO. Logrando que maten otros por ti, y siempre que parezca un accidente.
FL. ¿Su entretenimiento favorito?
LO. Componer música. A parte de escritor, soy músico y disfruto mucho componiendo bandas sonoras.